lunes, 10 de marzo de 2014

Capítulo 7. Bad girls.



Capítulo 7. Bad girls.


Live fast, die young
bad girls do it well.

—Creo que debería irme. Tengo clase en cinco minutos.

 —Yo me quedaré un rato.

 —¿Dibujando? — Asiente y yo sonrío. No era nada raro encontrarle en el campamento debajo de un árbol y con un papel y un lápiz en la mano. Se le da realmente bien.

 —¿Te lo pensarás? — Saca un bloc de dibujo mientras me mira con ruego.

 —Claro.

Una sonrisa se forma en su cara mientras yo salgo de la Galería. Mi teléfono vibra.

«Hablamos en arte»

Respondo a Tam y me apresuro a llegar a tiempo a la clase de arte. Por suerte ella ya ha llegado y ha conseguido coger sitio en la última fila, donde podemos hablar tranquilamente. El profesor todavía no ha llegado.

 —Creo que tenemos que hablar. — Digo con una sonrisa pícara.

 —Te podría decir lo mismo.— Imita mi gesto.

 —¿Qué ha pasado con Scott? ¿Por qué no me contaste nada?

 —¿Quizá porque no te he visto en toda la mañana? ¿Dónde has estado en el recreo?

 —Yo pregunté primero.

 —Pues... Ayer, cuando desapareciste, me acompañó a casa.- Intenta ocultar una sonrisa, pero no puede.

 —Aww qué tierno.

 —Y eso no es todo. Cuando estábamos en mi jardín... Pues...

 —¿Te besó?- Ella asiente y yo no puedo hacer otra cosa que soltar una carcajada. Por eso estaba tan contenta hoy.

 —¿Dónde fuiste ayer, cuando te esfumaste de repente?

 —Niall me encontró y... Zayn me llamó.

 —¿Otra vez?

 —Otra vez.

 —¿Qué te dijo? Lo mismo que siempre ¿No?

 —Sí... Bueno, no. Esta vez fue diferente.

 —¿En qué sentido? — Coge un lápiz y se lo lleva a la boca, para morderlo. Ella siempre ha tenido esa manía.

 —Me dijo que... Que me quería.

 —¡¿Que te qué?! — El lápiz golpea el suelo. Tam gritó tan alto que todos los de clase tornaron hacia nosotras.

 —¿No tenéis otra cosa que hacer o qué? — Suelta ella, mientras yo me sonrojo. Me gustaría poder tener el valor de decir cualquier cosa de las que ella dice sin que mi voz tiemble o me sonroje.

Los demás vuelven a lo que estaban haciendo y Tam mira hacia mí.

 —Pero era solo porque estaba borracho ¿Verdad?

 —Pues... No lo sé. Hoy le he vuelto a ver.

 —¿Te has ido de clase?

 —No, estaba aquí, se ha matriculado este año.

Alzó las cejas y abrió la boca en sorpresa.

 —Ya, yo también me quedé de piedra cuando lo vi.

 —¿Te dijo algo?

Asiento con la cabeza, temiendo su siguiente pregunta.

 —¿Qué?

 —Que le diera otra oportunidad. Que nos diéramos otra oportunidad.- Me corrijo.

 —¿Estás segura de que quieres? Ya sabes lo que pienso de ese Zayn...

 —Sí, ya sé que no te gusta por lo que hizo. Pero no fue solo culpa suya,- Bajo un poco el volumen de mi voz, temiendo que alguien lo oiga. -yo también bebí aquella noche. Además, se veía tan arrepentido...
Incluso dijo que bebía porque se sentía fatal por ello. ¿Qué debo hacer?

 —No sé. Haz lo que creas que es mejor.

 —Sí, me ayudas mucho.- Digo con sarcasmo.

El profesor entra en la clase y nos callamos. Leo una nota que me pasa Tam.

"Todavía no te he contado lo que he hecho en el recreo."

Me río y se la paso de vuelta.

"No quiero detalles, gracias."

"De verdad que mal pensada eres. ¿Nos podéis llevar a Niall y a mí en coche? Esta mañana se quedó sin
gasolina y tuvimos que coger el bus"

"Claro, pídeselo a Louis. Yo estoy castigada"

"Guau, eres toda una rebelde. ¿Qué hiciste?"

"Fue por el imbécil de Styles. Me castigaron por su culpa."

"Sabía que a la _____ Tomlinson que yo conozco no la iban a castigar por algo que haya hecho."

"Oh perdóname chica mala."

El timbre de final de la clase sonó y me dirigí a mi siguiente clase. Pasó rápido y pronto llegó la última hora.

—¿Me acompañas un segundo al baño? — Asiento y sigo a Tam hasta el servicio.

Mientras ella entra yo me quedo mirándome al espejo. No me había dado cuenta de unas pequeñas y casi invisibles marcas causadas por mis lágrimas anteriores. Me lavo un poco la cara para disimularlo.
Por fin Tam acaba y podemos salir del baño, con tan mala suerte que me choco con alguien al salir. Menudo día llevo hoy.

 —Perd...— Reparo en quien tengo delante y prefiero no pedirle perdón. Este idiota no se merece ni que le hable. Me fijo un poco más en su ojo, lo tiene un poco morado, como si le hubieran dado un puñetazo y una herida en el labio.

 —¿Albert? ¿Quién te ha hecho esto?

 —Nadie. No te acerques a mí, no quiero estar en problemas.— Sus ojos me recorren, asustados. Esto era precisamente por lo que no quería que Louis me defendiera.

 —¿Ha sido mi hermano?

Es lo último que puedo decir antes de que esas palabras queden en el aire y él se vaya.
No me lo puedo creer, Louis me mintió. Me prometió que no le había pegado y me mintió. Y yo como tonta le creí.

 —Perdona, me estaba repasando el maquillaje... ¿Qué pasa?

 —Nada.

 —Venga ya, te estás mordiendo el interior de tu mejilla, sé que cuando haces eso estás cabreada.

 —Es Louis. Me ha mentido.

 —Tampoco es para tanto, ¿Cuántas veces le has mentido tú a él?

 —No es lo mismo, él me lo prometió. No es igual que si yo le miento sobre el por qué llegué tarde a casa. Esto es más serio. Pegó a Albert.

 —¿Que pegó a quién? ¿Cómo lo sabes?

 —Acabo de verle y tenía el ojo morado y el labio roto.

 —¿Y qué te hace pensar que fue Louis?

 —Despierta, Tamara ¿Quién más va a ser? ¿Tengo otro hermano protector y yo no lo sé? Creo que no.

 —No tiene por qué haber sido él.

 —Tu estuviste en el Starbucks más tiempo que yo. ¿Qué pasó?

 —No lo sé, en cuanto te fuiste Louis empezó a gritarle y cuando Niall fue a buscarte, Scott me dijo que me acompañaba a casa. Nos fuimos y allí se quedaron. No veo a tu hermano pegando a Albert.

 —Ni yo tampoco, pero las marcas en su cara dicen lo contrario.

Intento concentrarme en la explicación de la profesora pero mi hermano ocupa mis pensamientos. Por fin termina y me alegro, hasta que me doy cuenta de que me tengo que quedar una hora más, gracias a Styles.

¿Cómo le puedo odiar tanto?

Me despido de Tamara y voy al aula de castigados. Nunca había estado antes allí. Es una clase, como las demás aunque un poco más fría porque hay menos gente.

Cuando entro solo hay tres personas dentro. Una chica haciendo algo con su móvil y dos chicos hablando entre sí y riendo. Levantan su mirada hacia mí, me miran sorprendidos y vuelven a lo que estaban. La chica ni siquiera ha despegado la mirada de su teléfono.

Me siento lejos de los tres y miro nerviosamente mi reloj.

Por suerte Styles no está. Igual me hace un favor y no viene. Saco mi agenda y reviso los deberes para mañana. Al parecer mis deseos no se cumplen y Styles aparece por la puerta y se sienta a mi lado.

 —¿No tienes otro sitio donde sentarte?— Pregunto irritada. Ya me han pasado suficientes cosas hoy, como para que venga a tocar las narices.

 —Sí, pero quería disfrutar de tu compañía.— Sonríe de una forma tan bonita que si no fuera un Styles me gustaría.

Cojo mi mochila y me levanto.

 —Pues te vas a tener que joder— Digo al pasar por su lado en mi camino a la otra punta de la clase, lejos de él.

—Siento no poder cumplir tus deseos pero vamos a acabar juntos. Nucna has estado castigada con William ¿No?

Niego con la cabeza. ¿Pero qué hago? Debo ignorarlo. No dice nada pero supongo que sonríe. Yo pongo de nuevo la vista en mi mesa y unos segundos más tarde entra William.

 —Tú y tú, conmigo.— Señala primero a Styles y luego a mí.

Cuelgo mi mochila en mi hombro y lo sigo. ¿Dónde vamos? Pensaba que estar castigado era sentarse ahí y no hacer nada durante toda la hora.

Entramos en un aula llena de mesas y sillas. Las mismas que se usan en nuestras clases.

 —Tomad.— Nos tira a cada uno un trapo húmedo y un spray lleno de un líquido verdoso que parece ser limpia muebles. —Vuelvo en una hora, si no habéis limpiado al menos la mitad, os quedaréis otra hora, ¿Entendido?

Yo asiento y cuando miro a Styles está rodando los ojos. William se va y yo dejo la mochila en el suelo para comenzar a limpiar.

 —Muchas gracias, esta tarde sí que me voy a divertir.— Digo con sarcasmo.

 —Tampoco es para tanto. Tenemos una hora libre.— Abre la ventana del aula. —Sé que me voy a arrepentir luego de esto, pero, ¿Vienes?

 —Pero William ha dicho que...

 —¿De verdad crees que va a comprobar todas las mesas? Pensaba que eras más lista.

 —No pienso ir a ningún sitio contigo.- Vuelvo la vista a la mesa.

 —Venga ya, deja de ser la niñita buena de papá Tomlinson y empieza a vivir ¿O prefieres quedarte limpiando mesas toda la tarde?

Quiero gritarle que no soy ninguna niñita de papá, pero de alguna manera me contengo.

 —Te odio.

 —Sí, lo sé, pero vienes ¿No?— Supongo que no tengo otra cosa que hacer ¿No? ¿Qué podría salir mal? Una lista de cosas aparecen en mi mente pero las elimino.

Ruedo los ojos hacia él mientras cojo mi mochila y me apoyo en la ventana para salir. Él me ayuda a bajar y yo le agradezco.

 —¿Y ahora qué? ¿Tú por tu lado y yo por el mío?— Dice finalmente. Creo que será lo mejor, aunque no sé qué podré hacer una hora sola por el instituto.

 —Dime dónde no va a estar William y me voy por mi lado.— Suelta un gran suspiro y se queda en silencio por unos segundos.

 —Mejor ven conmigo, sé un lugar donde no va a estar.

 —¿Qué parte de "no pienso ir a ningún sitio contigo" no entiendes?

 —Si prefieres quedarte sola y arriesgarte a que Will te vea, allá tú.- Se cuelga la mochila al hombro y se da media vuelta para irse.

¿Dónde voy a ir yo ahora? No sé dónde estará William. Creo que solo tengo una alternativa, aunque no me guste.

  —¡Espera!- Corro detrás de él hasta que lo alcanzo. —Voy contigo.

 —Eso me parecía.— Se coloca bien la mochila en su hombro y yo le sigo, a través de uno de los jardines del patio trasero.

 —¿Dónde vamos?

 —A un sitio.— Rodé los ojos y, aunque me costó, decidí no discutir ya que era lo que él quería.

Después de diez minutos andando llegamos a un descampado en el que había un árbol.

 —¿Para esto hemos caminado tanto?

 —¿A caso a tí se te ocurría algo mejor, Tomlinson?— Deja caer su mochila en el suelo y se sienta apoyando su espalda contra el árbol.

 —Cualquier cosa sería mejor que esto.— Me siento en el suelo lejos de él y saco los deberes de Literatura.

 —¿Cómo no? La pequeña Tommo haciendo los deberes, incluso cuando está castigada.

 —¿Me quieres dejar en paz? No los tendría que hacer ahora si el señorito Styles mantuviera su maldita boquita cerrada.

 —De no haber sido por mi "maldita boquita" estarías limpiando mesas sola. Y mira, estás aquí conmigo.

 —Preferiría las mesas.— Intento concentrarme en los deberes pero Styles no deja de hablar, y de provocarme para discutir con él. Es lo peor.

------------------------------------------

Hoooola :c

Me odiais verdaad? Lo entiendo...

Yo me odiaría, lo siento mucho. Llevo de examenes muuucho tiempo, y todos me han salido como el culo, pero bueno, ya he subido aquí, ya me pongo al día con Earthquake y intentaré compensaroslo.

GRACIAS POR LA PACIENCIA

OS LOVEO CON LOCURA ♥♥♥

sábado, 4 de enero de 2014

Capítulo 6. For the first time.

Capítulo 6. For the first time  



But we’re gonna start by drinking old cheap bottles of wine
Sit talking up all night,
Saying things we haven’t for a while


-Muchas gracias, Niall.- Digo mientras salgo del coche.

-No hay de qué. Nos vemos mañana ¿No?

-Supongo. A no ser que me asesinen brutalmente tendré que ir a clase.

-No sé qué es peor de las dos.- Dice sonriendo.

-Yo tampoco.- Respondo a la vez que abro la puerta de casa. -Hasta mañana.

Saluda con la mano mientras se aleja con el coche. Entro y me encuentro a mi madre con los brazos cruzados y cara de pocos amigos.

-¿Dónde estabas?

Huele a bronca por aquí... Umh mezclado con pizza barbacoa.

-Estaba con Louis.- Respondo.

-¿Y por qué ha llegado él una hora antes que tú?- Ladea la cabeza hacia un lado para que le dé una respuesta.

-Porque me ha traído Niall, tranquilízate mamá.

-¿Que me tranquilice? Ya te estás subiendo a tu cuarto. Ni cena ni nada. A ver si te tranquilizas.- Suelta enfadada mientras señala con sus manos el piso de arriba.

Yo subo las escaleras y me dirijo a mi habitación.

Me tumbo en la cama y cojo el portátil. Al fin y al cabo, el castigo de "ir a tu cuarto" no era tan malo.
Aunque se nota un vacío en mi estómago por no cenar. Y las patatas fritas de Niall no consiguieron llenarlo.

Oigo unos golpes en mi puerta. Me giro y veo a Louis entrar con un plato. Se tumba a mi lado en la cama. Ya se ha puesto el pijama, una camiseta azul que siempre se remanga y unos pantalones largos de cuadros. Muy juvenil. Nótese el sarcasmo.

-Toma, mamá no se ha enterado, pero date prisa si no quieres que te pille.- Me tiende el plato. Son cuatro trozos de pizza barbacoa. La cena de hoy. Mi olfato no me traicionó.

-Muchísimas gracias, Lou.- Digo mientras doy un mordisco al primer trozo y lo premio con un abrazo.

-No hay de qué. Además, quería pedirte perdón por el gilipollas de Albert. Le he dejado bien claro que no se vuelva a acercar a tí.- Dice mientras come el borde de las pizzas que yo dejo.

Ya sabéis, la masa sin ingredientes para agarrar la pizza sin mancharte. Nunca me lo como, llamadme rara.

-Tranquilo.- Pasan unos segundos hasta que añado: -Espera, no le habrás pegado ¿No?

-No, claro que no.- Suelta una carcajada. Me sonrojo un poco al notar que se está riendo de mí.

-¿Seguro?

-Te lo prometo.- Pone su mano derecha en el corazón, como en un juramento, lo que me hace reír.

-Bien, porque no quiero parecer una débil que no se sabe defender.- Doy otro mordisco a mi trozo de pizza.

-No te sabes defender.- Dice con media sonrisa.

-¿Perdona?- Digo alzando una ceja.

-Lo que has oído.

-Y ¿Cómo llamas a esto?- Señalo una marca de dientes en su brazo que le hice hace un par de días.

-Suerte.- Él dice a la vez que se baja la manga de su camiseta, para taparlo.

-Pues la suerte te dolió ¿Eh?- Él lo niega con la cabeza mientras ríe.

-Por cierto, ¿Por qué tardasteis tanto Niall y tú?- Dice a la vez que le tiro otro borde y lo coge con la boca.

-Es que... Se quedó sin gasolina. Y tuvimos que ir a comprar.

Por supuesto que él no estaba al tanto de todas las veces que he tenido que ir a recoger a Zayn de cualquier bar de mala muerte. Sería lo peor y vete a saber qué le haría.

Él asintió. Me sentía muy mal al mentirle pero decirle la verdad sería peor.
Entre los dos acabamos los trozos de pizza y acabamos quedándonos dormidos sobre mi cama, ni siquiera me cambiamos de ropa.
                         
~~~


-¡Calla esa cosa ya!- Gritó mi hermano despertándome.

Lo raro fue que oí antes a él que al escandaloso despertador. Le di un golpe con todo el cariño que se puede tener a un despertador y volví a tirarme en la cama.

-¿Qué hora es?- Preguntó Louis sin abrir los ojos.

-Las ocho menos veinte.- Digo tranquilamente, quedan apenas veinte minutos para que empiece la primera clase. Mierda, ¡¿Veinte minutos?!

-¿¡LAS OCHO MENOS VEINTE!?- Gritamos a la vez mientras nos levantamos de la cama rápidamente.

Él se va a su habitación mientras se quita la camiseta para cambiarse y yo me acerco al armario. Ya que no tengo mucho tiempo para pensar opto por un jersey, unos vaqueros ajustados y unas converse blancas.

Bajo corriendo a desayunar. Miro el reloj. Quedan quince minutos. Agarro la primera cosa de la nevera y me la como. Ésta mañana toca yogurt de fresa. Subo de nuevo comiéndome las escaleras mientras me pregunto por qué no cojo la mochila y la bajo antes de desayunar, para no tener que subir otra vez.

-Oh, mierda olvidé meter los libros de hoy en la mochila.- Digo para mí misma mientras busco en la carpeta el horario de hoy y en el cajón los libros correspondientes y los meto en la mochila.

Echo una rápida mirada al despertador de mi mesilla. Diez minutos.

Me cepillo un poco el pelo dejándolo suelto y me echo un poco de rímmel. Cojo todo y bajo de nuevo las escaleras llegando a la puerta donde Louis ya me está esperando con las llaves del coche en la mano.
Salimos corriendo de casa y el aire gélido se mete hasta mis huesos. Quizá debería haber cogido una chaqueta.

Me acerco al lado del copiloto mientras Louis corre al lado del conductor y me mira antes de entrar.

-Mañana nos levantamos media hora antes. ¿Hecho?- Dice con una sonrisa. Ambos sabemos que no va a suceder.

-Hecho.- Contesto sonriendo antes de meterme en el coche. Enciendo la calefacción y el aire caliente se agradece.

Louis arranca y tomamos la carretera que nos lleva directos a nuestro amado Emerald Highschool.

-¿No te ha parecido raro que ni mamá ni papá estuvieran levantados?- Quita sus ojos de la carretera para mirarme a mí.

Ni me había percatado de ello. Normalmente ellos ya están desayunado cuando nosotros bajamos. Incluso a veces son ellos los que nos despiertan.

Me encojo de hombros en respuesta y el vuelve sus ojos al frente.
Me quedo mirando por la ventana del auto unos minutos, hasta que noto la parte posterior de mi mochila vibrar. Saco de ella mi móvil y veo dos mensaje de Tam.

"¿Dónde estás? Levanta tu precioso culo de la cama y corre que Valerie acaba de entrar en clase."

Es de hace unos minutos. El siguiente es el que hizo vibrar mi teléfono hace escasos segundos

"Ya te ha puesto ausencia. Si no quieres no tienes por qué venir. Así que supongo que nos vemos a segunda."

Miro instintivamente el reloj. Quedan todavía tres minutos para que suene el timbre. Y ya me ha puesto ausencia. Bufo y se oye más alto de lo esperado.

-¿Qué pasa?- Dice a la vez que entramos con el coche en el aparcamiento.

-Nada, que ya me han puesto falta a primera.

-Así se empieza un día, sí señor.- Dice mientras sonríe. Llegamos un minuto antes de que suene el timbre y Louis se acerca a la puerta seguida por mí. -¿Qué vas a hacer?

-Supongo que iré a la cafetería. No tengo otra opción.- La campana suena y la gente del pasillo se disuelve entrando a clase.

-Okey, me voy que tengo Literatura.- Dice a la vez que trota por el pasillo vacío.

Camino hasta la cafetería. No hay mucha gente, solo personas que han llegado tarde y no pueden asistir a clase y profesores.

Pido un café porque todavía estoy dormida y me siento en una mesa.
Reviso mi mochila. Me sorprendo al ver que metí por error el libro de Agatha Christie que estuve leyendo hace un par de días en frente de la chimenea. Ya que no tengo nada más que hacer lo abro por la altura del marcapáginas y me meto de lleno en el mundo de La Ratonera.

Entre sorbo y sorbo de café, iba disminuyendo la distancia que me quedaba hasta el final del libro.

-Buena elección.- Levanto la mirada encontrándome con mi profesor de literatura, William creo recordar que se llamaba, que porta una sonrisa.

-Gracias, siempre me han gustado las novelas de misterio.

-Ya somos dos. Especialmente las de Agatha Christie. Son fascinantes.- Se acomoda su oscuro pelo hacia atrás, movimiento que capta toda mi atención.

-Cierto.- Respondo mientras la campana suena y doy un último sorbo al café, meto el libro en la mochila y me levanto.

-Nos vemos luego, Srta. Tomlinson. Dígame qué le parece el final del libro cuando lo termine.- Me sienta raro ese comentario. No se siente como mi profesor sino como alguien cercano. Como un amigo. Además la dulzura con la que acompañaba esas palabras no ayudaban mucho. Voy a dejar de darle más vueltas, solo quería ser amable.

-_____, si no le importa y claro, se lo diré.- Me sorprendo a mí misma diciendo.

-Claro, como prefiera.- Él sonríe mientras yo salgo de la cafetería y voy a mi taquilla encontrándome a Tam.

-Puta, ¿Se te han pegado las sábanas?- Dice mientras intercambia sus libros. Hay un brillo extraño en sus ojos, ¿Qué me he perdido?

-Como suele pasar, sí.- Abro la taquilla y libero mi espalda de la pesada carga que suponen los libros y me quedo solo con los de historia, lo que me toca ahora.

-Tengo inglés. Nos vemos luego. Por cierto, te tengo que contar.- Dice con una sonrisa inmensa mientras se aleja por el pasillo de espaldas, mirando hacia mí.

-Y yo también te tengo que contar.- Cierro mi taquilla y me giro hacia la izquierda, chocándome con alguien que me tira la carpeta.

-Oh, lo siento, yo no...- Levanto la cabeza hacia la persona con la que acabo de chocar y mi corazón da un vuelco. Esos ojos penetrantes. Esa sonrisa encantadora. Los tengo delante, una vez más. -¿Zayn?- Mi voz suena más ronca de lo normal. La aclaro un poco y vuelvo a repetir. -¿Zayn?

-¿_____? ¿Qué haces aquí?- Él también luce sorprendido. Aunque tan guapo como siempre. Incluso más. Lleva una chaqueta beisbolera blanca y negra sin abrochar y unos jeans negros.

-Eso te debería preguntar yo a tí, ya que vives a casi media hora en coche de aquí.- Me agacho para recoger mi carpeta pero todas mis hojas están esparcidas por el suelo. Él me imita para ayudarme.

-Mi madre me matriculó aquí. Dice que es de los institutos más prestigiosos de la ciudad y que necesito este tipo de disciplina.- Explica mientras recoge algunas de mis hojas y las pone en orden.

-Madres...- Suspiro sin querer a la vez que noto su sonrisa y me tiende las hojas que meto de nuevo en la carpeta. -Gracias.- Susurro.

-¿Podemos habl...- La campana lo interrumpe y me doy cuenta de que no quiero llegar tarde también a la segunda clase.

-Oye, hablamos luego, tengo historia.- Digo a la vez que me alejo de él.

-Okey, hasta luego.- Supongo que dice, pero apenas lo oigo por el murmullo en los pasillos.

Atravieso el pasillo hasta la clase de historia medio corriendo. Si sigo así voy a acabar con unas piernas...
Por suerte el profesor todavía no ha llegado y quedan un par de mesas libres. A diferencia de las otras clases, estas mesas no están de dos en dos.

Me siento al lado de dos chicas que conozco un poco de vista. Una es Kate, la que el primer día estuvo peleando por el sitio. No conozco el nombre de la otra. Tiene el pelo oscuro decorado con unas mechas californianas. Suelto y rizado. Sus ojos son verdes, tirando a grises.

Ellas me sonríen y yo les devuelvo el gesto justo cuando el profesor entra por la puerta.

-Perdona, ¿Tienes un lápiz?- Dice la de las mechas californianas.

-Claro, toma.- Le tiendo el único lápiz que tengo y ella lo coge sonriendo.

-No te conozco, soy Jessica, pero llámame Jess. Y ella es Kate.- Señala a la rubia que me saluda.

-Yo soy _____, encantada.- Susurro para que el profesor no nos note.

-Lo mismo digo.- Sonríe. Ella es realmente guapa. Kate también, aunque hay algo en ella que no me acaba de convencer. En cambio Jess parece muy amigable.

La clase de historia pasa aburrida y lenta, como de costumbre. La campana vuelve a sonar y me dirijo a mi taquilla. Cambio mis libros y como Tam no está en su taquilla y no me apetece llegar tarde me acerco a la siguiente clase, la de Literatura.

Entro en clase y me sorprendo al ver que soy la única que está, a parte del profesor. Como él no me nota, intento salir sin que él me vea.

Solo de pensar en estar en una habitación sola con William me pone nerviosa. Raro, lo sé, solo es mi profesor de Literatura.

Me quedo en la puerta mientras chequeo mi móvil. Tengo un mensaje de Zayn. Lo abro.

"Me gustaría hablar contigo. ¿Te puedes escapar de clase?"

El momento se acercaba. No quería enfrentarme a él. Bueno, sí, sí que quería. Mierda no lo sé.
Sé que de alguna forma me convencerá y acabaré en sus brazos.

En algún momento tendríamos que hablar y no podía evitarlo. Pero sí podía posponerlo, meditar y prepararme.

"No puedo, ya me salté la primera. Podemos hablar en el recreo ¿Está bien?" Pulso el botón enviar.

Me doy cuenta de que la gente ya está comenzando a entrar en clase así que me apresuro a guardar el móvil y sentarme en mi mesa.

El hueco que Tam debería ocupar está vacío, lo que me preocupa un poco. Puede que se haya puesto mala. O simplemente no le apetecía venir a clase. Ella es así, es capaz de saltarse las clases que quiera.

Saco mi estuche y escondo ahí el móvil. Noto que vibra un poco, ha llegado otro mensaje.

"Claro, en el recreo quedamos en la galería."

-Buenos días.- Comienza el profesor y yo me apresuro a guardar bien el móvil en el estuche. -Abrid los libros por la página 14.

Pasaron unos cinco minutos cuando la clase fue interrumpida al abrirse la puerta.

-Llegas tarde.- Anuncia William.

-Ya lo sé. Da gracias a que he venido.- Styles entra por la puerta y se dirige al final de la clase a su sitio habitual.

No me había dado cuenta de que él estaba en mi clase de Literatura.

-¿Dónde vas? Tienes un sitio libre aquí.- Veo al profesor señalar la mesa que está a mi lado, sitio de Tamara.

-Pero ahí está Tam.- Protesto yo. Ya tengo suficiente con tener a Harry a mi lado en matemáticas.

-¿Tam?

-Sí, la Srta. Horan, quiero decir.

-Entiendo. Pero ella no está aquí ¿No?- Puntua William. Se ha apoyado en su mesa y se ve imponente y a la vez informal.

-Umh... No.

-¿Y dónde está?- Sentí todas las miradas en mí. Mis mejillas enrojecieron.

-Umh... Sinceramente, no lo sé. Puede que se haya puesto enferma.

-Entonces no hay ningún problema en que Styles ocupe su sitio ¿No?- Pone su mano debajo de su barbilla.

-Bueno... Supongo que no.

-Ya has oído Harry.- Vuelve a dirigirse a él.

Lo oigo bufar pero no protesta y ocupa el sitio pegado a mi pupitre. Como en matemáticas. Genial.

-Bien, sigamos.- William retoma la explicación y yo siento vibrar mi estuche.

Saco disimuladamente el móvil sabiendo que Styles está observando todos mis movimientos. El mensaje es
de Tam.

"¿Me cubres en Literatura? En el recreo te explico. Xx"

"Le he dicho que estás enferma ¿Dónde estás? En el recreo no podemos hablar."

"¿Por qué no? Estoy detrás de las gradas. Con Scott."

Mi boca cayó abierta pero pronto se transformó en una sonrisa.

-¿Qué le parece tan gracioso Srta. Tomlinson?- El profesor me pilla desprevenida y yo guardo atropelladamente el móvil en el estuche.

-No... Nada... Solo que...- Tartamudeo.

-La conté un chiste.- Acude en mi ayuda Styles. Aunque no sé muy bien por qué. Lo nuestro es un odio mutuo. 

-¿Lo puedes compartir con la clase?- Pregunta William. Típica clase de profesor.

-No.- Styles se muestra impasible.

-¿Por qué?- Quiso saber.

-No lo pillaríais.- El resto de la clase ríe y sin que lo pueda evitar noto una sonrisa en mi rostro. ¿Una sonrisa? ¿Causada por Styles? Esto no puede ser cierto. En seguida me retracto y me pongo seria.

-¿Por qué no me lo explicas en la sala de castigados?- Mi expresión cambia por completo. -Mejor, ¿Por qué no me lo explicáis los dos en la sala de castigados?- Su mirada viaja de él a mí, repetidamente.

-Oh, venga ya, si no te he hecho nada Will.

-William, si no te importa.- Dice molesto.

-Como digas, Billy.- Noto que el profesor esta a punto de perder la paciencia.

-Lo de antes era un farol, pero ahora de verdad, espero veros después de clase en la sala de castigados.- Ahora entiendo por qué me "ayudó". Él iba a acabar de todas formas castigado al final del día, pero quería que yo lo estuviera también. ¿Para qué? Para joder, como un Styles que es.

-Allí estaremos.- Desafía Styles mientras yo asiento con la cabeza.

Oh, genial. El día no me podía ir mejor.

-Perfecto, Styles.- Susurro irónicamente mientras apunto algo en mi cuaderno.

-De nada, Tomlinson.- Dice sonriendo. Sé que sonríe aunque no lo mire, porque veo esa perfecta y brillante fila de dientes de reojo.

La campana suena. Alcanzo mi móvil y salgo de clase.

-Nos vemos luego Tomlinson.- Me giro para ver a Styles detrás de mí y dándose la vuelta para marcharse.

-Que te den, Styles.- Logro decir como despedida.

Me apresuro en llegar a la galería, donde había quedado con Zayn.
La galería está en la parte de atrás del edificio. Se comunica por una puerta que pasa desapercibida porque parece un armario, lo que ayuda a que no esté tan lleno de gente. Es una especie de patio pero más pequeño y con muchas plantas y flores. Me pregunto como Zayn sabe incluso de su existencia si acaba de llegar al instituto.

Atravieso la puerta y le espero. Mi móvil vibra de nuevo. Es Tam otra vez.

"¿Por qué no podemos hablar en el recreo? ¿Te ha pasado algo?"

"No, tranquila, ya hablaremos. Por lo que veo tú también me tienes que contar"

Añado un emoticono guiñando el ojo y lo envío.

Oigo la puerta abrirse veo a Zayn introducirse en la Galería. Guardo el móvil. Cuando me ve sonríe y me noto a mí misma sonriendo de vuelta.

-Hola.- Saludo.

-Quería hablar contigo.- Dice a la vez que se acerca a mí.

-Lo sé, por eso estamos aquí.- Digo intentando no sonar muy estúpida.

¿Por qué Zayn tenía siempre este efecto en mí? Él es tan guapo y seguro de sí mismo que me hace sentir insegura ante él.

Él sonríe por mi comentario.

-Adelante, te escucho.- Digo para indicarle que empiece a hablar.

-Bien... Antes de nada... Lo siento. Siento haberte llamado todas esas veces borracho y que tuvieras que venir a buscarme. De verdad, lo siento.

-Está bien, tranquilo. No pasa nada. Al fin y al cabo era por mi culpa.

-No, era todo culpa mía. Para empezar no debería salir de casa ni beber. Y por supuesto no debería involucrarte a ti.

-Te dije que está bien ¿Entendido?

Él asiente y suspira, como si se hubiera quitado un peso de encima.

-¿Eso era todo?

-No, claro que no. También quería hablarte de otra cosa.- Asiento para darle a entender que le estoy escuchando. -Bueno... Es sobre lo que te dije en el coche.

Noto que mi piel se pone de gallina. Allá vamos.

-¿Cu... Cuál de todo?- Pregunto insegura de la respuesta.

Con un poco de suerte esas dos palabras que yo tanto temo se quedaron con su borrachera y él no las recuerde. Ese pensamiento me alivia un poco.

-Que te quería.

-Bueno, pero eso solo lo dijiste porque estabas borracho.

-No estoy seguro.- Si estuviera bebiendo algo ahora mismo me habría atragantado. Mis ojos se abren y mi boca muestra mi sorpresa.

-¿Qué me quieres decir con eso, Zayn?

-Pues... Emh... Aquel día... Lo recuerdas ¿No?

Miro hacia abajo avergonzada. Las imágenes cruzan mi mente.

*FLASHBACK*

-¿De dónde lo habéis sacado?- Pregunto refiriéndome a la bebida que tengo entre las manos y las demás botellas que están en el suelo.

-Nos las ha comprado un amigo, ahora disfrutemos de nuestra última noche juntos.- Responde Zayn mirando a todo el mundo a su alrededor.

-¡SÍ!- Gritamos todos al unísono.

Somos unas veinte personas en un pequeño local alquilado. Nos conocimos hace una semana en un campamento de verano.

Esta es nuestra última noche juntos, lo sabemos. Porque, al igual que en todos los campamentos de verano, todo el mundo promete volver a quedar, llamarse entre sí, pero nadie lo cumple normalmente.
Pusimos la música a tope y comenzamos a bailar. Todos estamos bajo los efectos del alcohol, algunos más que otros pero nadie se libra.

-Hey, preciosa.- Me giro a ver a Zayn, que porta una bebida. No sé si será el acohol pero lo veo más sexy que nunca.

-Hola.- Digo torpemente.

Siempre ha habido una tensión, una química entre nosotros. Sobre todo desde el día que en el tiempo libre del campamento jugamos a la botella y... ya os podéis imaginar qué pasó ¿No? Nos tocó a él y a mí. ¡Cuatro veces! ¿El destino? No creo ¿La suerte? Quizá.

Antes de que me pudiera dar cuenta tenía sus labios sobre los míos. Sabían a piña. Supongo que estuvo tomando una bebida con esa fruta.

Le seguí el beso mientras mis manos viajaban por su cuello, y las suyas por mi cintura.

-Mhh sabes a piña.- Digo separándome de él. Lo sé, el alcohol me hace decir estupideces.

-No sabía que eso podía sonar tan sexy.- Dice con su voz ronca en mi oído, poniéndome la piel de gallina.

No tardo en volver a juntar mis labios con los suyos y sentir el frescor de la piña inundando mi boca.
Nos dejamos llevar, la pasión y el alcohol tomaron el control de nuestros cuerpos y al rato estábamos en una sala con una cama que también había en el local.

Él entró, cerró la puerta y me aprisionó contra ella. Comenzó besando mi cuello y yo puse mis piernas alrededor de su cintura, manteniéndome en el aire.

Quité su camiseta y la tiré al suelo. Él subió sus besos hasta el lóbulo de mi oreja, a la vez que mordía y yo no podía contener un leve gemido. Él gruñó ante esto, lo que me hizo reír.

Ninguno de los dos éramos conscientes de nada. De nada de lo que hacíamos o decíamos.

Me llevó hasta la cama, donde me tumbó y seguido me quitó la camiseta. Recuerdo que él se mordió el labio mientras me miraba. Lo que me gustó demasiado.

Lo ayudé a quitarse el cinturón y sus pantalones, dejándolo solo en unos bóxers negros. Que, para mi opinión en ese momento, le quedaban divinos.

Él siguió besando mi estómago y acabó quitándome los pantalones.

*FLASHBACK*

Lo demás está borroso en mi mente. Tengo lagunas, como mi sujetador en en el suelo, luego toda la ropa que nos quedaba en el cuerpo también en el suelo. Luego él sacando un preservativo de sus pantalones, abriéndolo con los dientes y colocándoselo.

Y luego... Luego recuerdo la mitad. Apenas me acuerdo de la sensación. Recuerdo que cuando desperté la mañana siguiente y me di cuenta de lo que hice, me sentí muy mal. Mal porque solo hay una primera vez en la vida. Y mi primera vez no fue tan especial como la primera vez que toda chica desea.

Recuerdo que me desperté en aquella habitación. Zayn estaba como un tronco y jodidamente desnudo, al igual que yo. Vi el condón usado en el suelo. Recordé lo que esa noche sucedió y lo único que mi cerebro consiguió hacer fue llorar y huir corriendo de allí.

No lo volví a ver hasta que hace más o menos un mes de hoy, me llamó. Justo como ayer. Dijo que empezó a beber mucho porque se sentía mal por lo que me hizo. Por lo que hicimos.

Las siguientes veces que me llamó fueron iguales, hasta ésta última, la de ayer.
Nunca antes me había dicho que me quería.

-¿Me tomo eso como un sí?- Dice finalmente después de unos segundos. Creo que él también la estaba recordando en su mente.

Asiento ligeramente mientras intento tragar mis lágrimas.

-He pensado mucho en ello, últimamente. Hasta no poder dormir. Como anoche. Y lo único que se me ocurrió fue beber, para tener el valor de llamarte y decirte lo que en ese momento pensé que era verdad.

Toma mi barbilla con sus manos, levantándola y haciéndo que nuestros ojos se encuentren. Él los tiene rojos.

Creo que está a punto de llorar. Y creo que yo también. Ah no. Yo ya noto el calor de una lágrima cayendo por mi mejilla, que él quita con su pulgar rápidamente.

-Y... ¿A qué conclusión has llegado?- Pregunto intentando sonar fuerte pero mi voz se quiebra.

-A que lo único que nos hace falta es conocernos el uno al otro y un poco de tiempo.

Él coge un mechón de mi cabello y lo introduce detrás de mi oreja.

-Podríamos...- Se queda callado a mitad de la frase. -Solo si tu quieres, claro.- Dice a la vez que me mira profundamente a los ojos. Su mano descansa sobre mi mejilla, muy suave.

-Podríamos ¿Qué?- Pregunto confundida.

-Ahora que venimos los dos a este instituto, podríamos quedar y hacer cosas juntos.- Debe de ver mi cara de confusión por lo que añade: -Como amigos, claro. Al menos de momento.

Veo un rastro de sonrisa en sus labios.

-¿Qué ganamos con eso, Zayn? Quiero decir, ¿Qué conseguimos?

-Podríamos intentarlo. Ésta vez sin prisas. A un ritmo que los dos podamos llevar.- Un pequeño rayo de esperanza crece en mi interior.

-¿Qué me dices?- Pregunta finalmente. -¿Quieres... Intentarlo?

-Lo tengo que pensar. Entenderás que no es una decisión fácil de tomar.

Cojo la mano que él tiene depositada en mi mejilla con mi mano y él entrelaza nuestros dedos, haciendo que ese pequeño rayo de esperanza crezca un poquito dentro de mí.

-Te comprendo. Te daré el tiempo que necesites.- Dice mientras acaricia nuestras manos entrelazadas con su pulgar.

Limpio con mi mano libre los restos de lágrimas que hayan podido quedar en mi cara.

-Gracias.- Digo a la vez que aprieto nuestra unión y él muestra una pequeña sonrisa.

------------------------------------------------------------

HOOOOOLA

¿Qué tal la nove hasta ahora? ¿Y el nuevo año? Espero que suuuuper bien jaja.
¿Os gusta la canción que elegí? El título venía muy bien para el cap y era bonita asi que la puse. El cap se viene largito y es para compensar que tardaré un poco en subir en Earthquake. Lo siento :'(

PREGUNTA: ¿Bromance favorito?

A mí me cuesta muchisiiiiiiisimo elegir, todos me parecen tan añkdfjñafjñsdjfjflks
No me entretengo más, espero que hayáis disfrutado el cap y que comenteis y deis +1

GRACIAS POR LEER Y ESTAR AHÍ Y TODO. RECORDAD QUE OS LOVEO CON LOCUURA <3<3

domingo, 29 de diciembre de 2013

Capítulo 5. Give me love.

Capítulo 5. Give me love.


Maybe tonight I'll call you
after my blood turns into alcohol.

All I want is the taste that yout lips allow.


Me preparé y me dirigí al centro comercial. Estaba a diez minutos o así de mi casa, no muy lejos.
Cuando me acerqué a la puerta Tam ya estaba allí.

-¿Por qué siempre llegas tarde?- Preguntó en un intento de parecer enfadada.

-¿Por qué nunca te acostumbras?

-No me contestes con una pregunta.

-¿Por qué?- Dije riendo para hacerla picar.

-¿Qué te he dicho?

-Ahora no estás preguntado tú?- Frunció el ceño mientras intentaba pensar.

-Agh, que cacao mental.

-Vamos dentro, anda.

Entramos, era una puerta giratoria muy grande. No sé por qué pero estas puertas me encantan. Dimos una vuelta por las tiendas y compramos un par de cosas.
Estábamos mirando un escaparate de Intimissimi cuando alguien me tapó los ojos.

-¿Quién soy?- Preguntó una voz muy conocida

-Niall, ¿Quién más va a ser?

-¡No! No soy Niall- Dijo la voz que, claramente, pertenecía a Niall. Toqué un poco sus manos y sus pulseras para asegurarme de que estaba en lo cierto.

-Quita Niall, sé que eres tú.- Quité sus manos con las mías y me di la vuelta, encontrándolo sonriente junto a mi hermano que hablaba con Tam.

-Bueno chicas- Dijo Niall mientras ponía su brazo sobre mis hombros. -Ahora que ya sabemos dónde soléis comprar- Tam y yo miramos al escaparate de la tienda de ropa interior y nos sonrojamos un poco -¿Venís con nosotros y los demás al Starbucks de la planta de arriba?

Tamara y yo nos miramos, nos entendimos y contestamos a la vez:

-Ni lo soñéis.- Mientras sonreíamos.

-¿Por?- Louis hizo un puchero y Niall lo acompañó

-¿Y estar con cuatro tíos en una cafetería con los que ni siquiera se puede hablar sin que te violen con la mirada?- Explicó Tam.

-Exacto. Otro día será chicos. Se siente.

-Para otra vez, si queréis que vayamos con vosotros pensadlo mejor y no invitéis a los toca huevos de vuestro amigos. -Añadió Tam.

Dicho esto, los dejamos con la palabra en la boca mientras atravesábamos el pasillo del mall.

-¿Viste la cara de Niall?- Dijo Tam mientras intentaba no ahogarse con su risa.

-¿Y la de Louis?- Exclamé entre carcajadas. Cuando nos tranquilizamos pensé un poco en lo bordes que fuimos. -Igual esta vez nos hayamos pasado un poco.

-¿Tú crees?- Preguntó ligeramente preocupada mientras entrábamos en una tienda. -Es que me encanta tanto verlos sufrir... Sobre todo a mi hermano.

-Ya, y picar a Louis es lo más divertido del mundo.

-Qué malas hermanas somos.

-Dentro de un rato podemos pasar por el Starbucks, para que no se enfaden.

-Vale, pero antes debo probarme estos tacones.- Dijo Tam mientras cogía un par de zapatos de tacón alto rojos.

Tengo la grandísima suerte de tener a Tamara a mi lado. Siempre ha estado a las buenas, a las malas y a las terriblemente horrorosas. En nuestras locuras y tonterías que tanto hemos compartido hasta ahora.
Es increíble lo bien que nos llevamos con lo diferentes que somos. Ella es más bruta, yo soy más educada. No me queda otra, si algún día mis padres me pillaran diciendo algo de lo que dice ella me podían matar. Aunque tampoco hay que imaginarse que Tam tiene muy mal genio, simplemente que tiene menos control que yo sobre él.

Pero cuando las cosas se ponen serias y llegan hasta el punto de cabrearme a mí, cosa que no pasa muy a menudo, hago cosas que no pienso y acabo arrepintiéndome de lo que hice. En cambio, ella se tranquiliza porque siempre tiene que haber una estable de las dos.
Nunca ha llegado el momento en que las dos estuviéramos cabreadas y espero que nunca llegue. Sería algo así como el apocalipsis.

Pasamos por todas las tiendas hasta que nos acabaron doliendo los pies y decidimos descansar e ir con los chicos.

Cogimos el ascensor para subir a la primera planta, donde estaba el Starbucks, y entramos. Cogimos nuestros pedidos y buscamos a los chicos en alguna mesa.

-Allí están.- Tamara señaló una mesa. Dirigí mi mirada hacia allí y vi a cinco chicos: Niall, Louis, Scott -el compañero de pupitre de Tam- y dos amigos más de mi hermano cuyos nombres no me he molestado en recordar.

-Hombre, pero si al final habéis venido.- Dijo Niall, acercándose a nosotras y cediéndonos su asiento, que las dos podíamos ocupar perfectamente ya que era un sofá. Él cogió una silla de otra mesa y se sentó.

-Ya, es que nos disteis pena.- Contestó Tam con tono de superioridad, a la vez que yo asentía en aprobación y los demás reían.

-No se de qué os reís si ellas no querían venir por vuestra culpa.- Sentenció mi hermano, apoyado por Niall, mirando a sus amigos.

-¿Por nuestra culpa?- Preguntó uno de ellos que estaba a mi lado. Tenía el pelo negro, los ojos marrones y era muy alto y fuerte.- Pero con lo bien que lo pasamos juntos.- Puso su brazo sobre mis hombros.

-Em... Olvídame. -Dije apartando su brazo con desprecio.

-Lo que tú mandes princesa.- Lo miré con cara de asco mientras Louis miraba la escena a la vez que su cuerpo se tensaba. Siempre fue muy protector con los chicos que se acercaban a mí, y sobre todo con quien lo hace vulgar y descaradamente.

-¿A quién quieres engañar? Me deseas ahora mismo.

¿Pero este chico no tiene otra cosa que hacer o qué? A ver si le entra en la cabeza que me repugna.

-No sé ni tu nombre, no te montes cuentos.

-Albert Jones, encantado. -Me tendió la mano, la cual ignoré totalmente y di un sorbo a mi chocolate. No sé qué tiene el chocolate, me relaja cuando me tiene que relajar y me anima cuando me tiene que animar. Es perfecto. Si me pudiera casar con el chocolate, lo haría. -Y este es mi hermano, Scott. -Dijo señalando al compañero de Tam.- Pero no te emociones, mucha palabrería y poca chicha.

-Encantada, Scott, soy _____.- Le tendí la mano y la aceptó al instante con una sonrisa tímida.

-Lo mismo digo.- Respondió sonrojándose un poco.

¿Es posible que estos dos sean hermanos?

-Mi hermano es idiota, no le hagas caso.- Dijo Scott.

-No le pensaba hacer caso.- Respondí sonriendo.

-No vayas de chulo a ver si llegas a casa con el ojo morado.- Amenazó Albert haciendo un gesto con su puño a Scott. -Bueno, princesa, ¿Por dónde íbamos?- Volvió a colocar su brazo sobre mis hombros y su otro brazo iba subiendo por mi pierna.

-¡Que me dejes en paz gilipollas!

-Ey tranquilita ¿Vale? Que ni te he tocado.

-Ni falta que te hace.- Quité su brazo de mis hombros y me levanté. Salí del Starbucks portando aún mi bebida y pensé en dónde podía ir para relajarme.

La bombilla se me encendió y subí por la escalera de incendios hasta la azotea. El lugar perfecto: tranquilo, vacío, ni muy frío ni muy caluroso. Lo mejor para relajarse.

Me senté cerca del borde y junté las rodillas con mi pecho. Respiré hondo un par de veces para tranquilizarme y no matar a Albert.

El Sol estaba empezando a pasar el horizonte y a oscurecer el cielo. Una brisa de aire recorrió mi espalda y sentí una sombra sentarse a mi lado.

-Hacía mucho tiempo que no veníamos aquí.

-Cierto- Respondí. -La verdad es que de noche es más bonito. Desde aquí arriba se pueden ver muy bien las estrellas.

-Por si te consuela, Louis ha estado a punto de pegarle una paliza a Albert y le ha dejado cagado. Seguro que no te vuelve a dirigir la palabra.

-No me consuela mucho, pero gracias de todas formas.- Le otorgué una sonrisa que él me devolvió.

-¿Cuándo fue la última vez que subimos?

Intenté recordar. Recordé el momento en el que estábamos arriba, pero no por qué subimos.

-Creo que fue hace tres o cuatro años.- Respondí después de pensarlo. -Porque tú tenías los brakets.

-Sí, joder, cómo me dolieron.

Sonreí al recordar lo feliz que vino a mi casa cuando se los quitaron.

-Pero sigo sin saber por qué subimos.- Agregó él.

Estuvimos unos minutos pensando, hasta que él se acordó.

-Ya me acuerdo.- Dijo -Fue cuando murió mi abuelo.

No dije nada. Sabía lo difícil que fue para Niall superar lo de su abuelo y que lo único que podía reconfortarlo era un abrazo. Y se lo di.

-¿Sabes? Eres la mejor en esto.- Dijo cerca de mi oído, en medio del abrazo.

-Por ti lo que sea.- Respondí sonriendo a la vez que le daba un beso en la mejilla y me levantaba. Le ayudé a levantarse y nos dirigimos a la escalera. Justo cuando iba a bajar mi móvil sonó.

-Espérame abajo, que me están llamando.

-Vale.- Contestó a la vez que bajaba peldaño a peldaño la escalera.

Saqué el móvil del bolso y me quedé de piedra.

-Mierda.- Murmuré.

Descolgué con miedo.

-¿Cuánto has bebido esta vez?

-Cero pata... Tero- Respondió una voz ebria y ronca.

-¿Dónde estás?- Pregunté con la esperanza de que estuviera en casa y a salvo

-¿Qué más da? Yo no te importo una mierda.

-Sí que me importas. ¿Por qué dices que no te importo?

-Porque yo te quiero. Y... Y... Tú me ignoras.

-¿Dónde estás?

-En un bar coño ¿Dónde más voy a estar?

-¿En qué bar?

-No te importo, olvídalo. Pero que sepas que yo te quiero.

-No, tú no me quieres. El alcohol te hace confundir las cosas.

-Dicen que los niños y los borrachos nunca mienten. Yo te quiero. Y no te importo.

-Sí que me importas, y no me quieres. Lo que pasó en el campamento pasó, y no hay más. Tú mismo me dijiste que como amigos estaríamos mejor.

-Pero me equivoqué. Te quiero y quiero volver a probar el sabor que me permiten tus labios.

-Dios qué borracho estás. ¿En qué bar estás?

-En uno que se llama em... No lo sé.

-¿Qué pone en la puerta?

-Empujar.

-Arriba idiota.

-Ahh pues... Pone Holmes.

-Voy para allá. No te muevas ¿Eh?

-Claro. Te quiero.

-No, no me quieres.- Colgué rápidamente y bajé la escalera encontrándome a Niall. -¿Has traído el coche?- Pregunté al rubio.

-Sí, ¿Por?

-¿Me haces un favor?

-Clar... Oh mierda, ¿Otra vez?

-Sí, y esta vez se ha pillado una buena.

-Vamos al coche.- Corrimos hasta el coche, nos metimos y arrancó. Era un descapotable negro. Sí, los Horan también tenían mucho dinero. -¿Dónde está?

-Me ha dicho que en Holmes.

-¿Al lado de la casa de Albert y Scott?

-¿Crees que sé dónde vive ese gilipollas y su hermano? Tú dale al acelerador y vamos.

Salió del aparcamiento y aceleró hacia una calle que yo no conocía. A partir de ahí me perdí porque nunca había pasado por esas calles. Divisé a lo lejos un cartel luminoso que ponía "Holmes".

-Allí está- Señalé el cartel y Niall condujo hasta allá. Aparcó en doble fila delante de la puerta.

-Ve tú, yo me tengo que quedar para que no me pongan una multa.

-Vale.- Respondí mientras abría la puerta del coche.

-Y ten cuidado.- Me dio un beso en la frente antes de que saliera del coche.

-Lo intentaré.- Salí del coche. Agarré la puerta del bar y un olor a tabaco y alcohol penetró en mi nariz. Era tan fuerte que mis ojos se pusieron llorosos.

Le busqué con la mirada. Lo único que veía eran viejos verdes que ligaban con las camareras. Bueno, que intentaban ligar.

Entre ellos lo divisé. Estaba fumando un cigarro con un vaso de vete a saber qué y sentado en la barra. Me acerqué hasta él y le toqué el hombro.

-Ey, vamos, que te llevo a casa.- Se giró y me miró a los ojos.

-Has venido.- Dijo sin mucha ilusión. -Pues parece que algo sí que te importo después de todo.

-Claro que me importas, Zayn, siempre me has importado.- Formó una sonrisa en su cara y miró hacia su vaso. -Y ahora tira ese cigarro y déjame llevarte a casa. Has bebido mucho.

Dio una última calada y lo apagó en un cenicero. Se levantó y, tropezando, salió del bar. Lo seguí y lo acompañé al coche.

-¡Niall! Cuanto tiempo, tío.- Se acercó al lado del conductor y saludó a Niall, de esta forma tan rara que tienen los chicos.

-Guau, esta vez si que te has pasado.- Niall sujetó a Zayn para impedir que se cayera.

-Ven, vamos a la parte de atrás.- Lo agarré del brazo y le metí en los asientos traseros del coche para luego sentarme yo a su lado. Le ayudé a ponerse el cinturón y me puse el mío.

-Ya estamos Niall, arranca.- Me hizo caso y pusimos rumbo a casa de Zayn.

-_____- Susurró en mi oído. Había apoyado su cabeza en mi hombro.

-Dime.

-Te quiero.

-No, no me quieres Zayn.- Levantó la cabeza de mi hombro y me miró intensamente a los ojos.

-Claro que te quiero. Si no, ¿Por qué tengo tantas ganas de hacer esto?- Tomó mi barbilla y me dio un inesperado y corto beso en los labios. -Y esto.- Hizo lo mismo, solo que esta vez fue más largo y yo, tonta de mí, lo seguí. Cuando me di cuenta del error que estaba cometiendo me separé de él.

-Quieres hacerlo porque tienes más alcohol que sangre dentro de tu cuerpo.

-Eso es mentira. Esta... Esta mañana, estaba pensando en tí.- Estaba tan borracho que apenas se entendía lo que decía. -Y has estado todo el día en mi cabeza. He necesitado beber para olvidarte.

-Y mira cómo has acabado.

-En un coche y contigo. Y encima me has dejado besarte. Creo que no ha acabado del todo mal.- Dijo a la vez que sacaba una sonrisa. -Y, mientras estaba en el bar, me he dado cuenta de que quizá lo que realmente necesito no es olvidarte.

-Sabes que no es verdad. Esto no lo dices mañana cuando se te haya pasado la borrachera.

-¿Sabes qué? Puede que no lo diga. Pero lo pensaré. Y pensaré en lo gilipollas que soy por solo tener el valor suficiente para decírtelo cuando estoy borr... Borracho.- No respondí, dejé que dormitara un poco sobre mi hombro hasta que nos acercáramos a su casa.

-Ya estamos llegando Zayn, despierta.- Levantó la cabeza y miró por la ventana. Niall paró el coche y yo ayudé a Zayn a salir y llegar a la puerta de su casa.

-¿Tienes llaves?- Pregunté, esperando no tener que despertar a sus padres.

Toqueteó un poco sus bolsillos.

-No.

Llamé discretamente a la puerta con los nudillos, para no hacer mucho ruido. Oí unos pasos acercarse a la puerta y reconocí el rostro de la madre de Zayn.
-Zayn, ¿De qué vas? ¿Crees que puedes desaparecer así de repente y volver
 borracho?

-Lo siento mamá. Yo... Necesito dormir.- Se balanceó hacia adelante y atrás, pareciendo que se iba a caer.

Lo agarré del brazo y lo acompañé hasta el sofá.

-Muchas gracias, ______, no sé qué haría sin tí.- Se dirigió a mí a la vez que sujetaba mis manos con las suyas. -Ya es la cuarta vez este mes. Se va sin decir nada y después aparece apestando a alcohol y a tabaco. Y las cuatro te ha llamado a tí.

-No hay de qué.

-¿Qué tal tus padres?

-Muy bien, le mandan recuerdos Sra. Malik.

-Me alegro. Te estarán esperando, salúdales de mi parte, encanto.

-Claro, hasta otra.- Nos dimos dos besos.

-Adiós, y gracias de nuevo.- La saludé con la mano a la vez que entraba en el coche y arrancaba.

-¿Lo has oído Niall? Me da las gracias por llevar a su hijo a casa, cuando sale por mi culpa.

-Creo que ella no lo sabe.

-Espero que no.

-¿Te llevo a casa?

-Sí porfa, me van a castigar por llegar tarde. ¿Tienes algo de comer aquí?

-La duda ofende, claro que tengo. En el suelo de los asientos de atrás hay unas cuantas bolsas de patatas.- Alargué la mano para alcanzarlas, las cogí y las abrí. -¡Eh! Eran para emergencias.

-Esto es una emergencia. Si me castigan, me castigan sin cena. Y no querrás que tu amiga se muera de hambre ¿No?- Lo miré. No respondía. -¿No?- Insistí.

-No, por suspuesto que no.- Contestó riendo.

-Así me gusta. ¿Quieres un poco?

-¿Me ofreces algo que es mío?

-Si no quieres nada, eh.

-Trae anda.- Le acerqué la bolsa y cogió un puñado. -¿De qué hablábais ahí atrás?

-Nada importante. Me decía que me quería.- Se atragantó con las patatas.

-¿Eso no es importante?- Exclamó sorprendido.

-Claro que no. Solo lo decía porque estaba borracho.

-Dicen que los borrachos solo dicen la verdad.

-Eso también lo ha dicho él. Ya no sé qué creer.

Puede que en el fondo me hubiera gustado que lo dijera de verdad. Aunque, ¿A quién quiero engañar? Lo nuestro fue un amor de verano. Perdón, un fracaso de verano. No acabamos bien ninguno de los dos. Lo nuestro no funcionaba. Él no vivía precisamente cerca, apenas nos veíamos.

Quizá si le diera una oportunidad...

¡No vale la pena, vas a acabar mal!

Grita mi subconsciente. A veces me encantaría saber qué decidir.
 

---------------------------------------------------------

Hooooolaa ¿Qué tal las navidades?

Bueno, ¿Qué os ha parecido el cap? Espero que os haya gustado y que comentéis y deis +1. La canción es de Ed Sheeran y se llama Give Me Love. Es una de estas canciones que merece la pena entender, así que os aconsejo que la traduzcáis si no la habéis entendido porque tiene bastante que ver con el cap.

PREGUNTA: Si pudierais pedir CUALQUIER cosa o persona a los reyes ¿cuál o quién sería y por qué?

Espero que empeceis suuuuper bien el año y os deseo lo mejor en el 2014.

Y RECORDAD QUE OS LOVEO CON LOCUUUURA <3<3

domingo, 22 de diciembre de 2013

Capítulo 4. You're my best friend.

Capítulo 4. You're my best friend.



-Scott Jones.- Soltó de la nada Tam.

-¿Qué?- Pregunté yo.

-Así se llama mi compañero de mates.

-Ah, ¿Ese con el que tanto hablabas?- Me hice la tonta, si que me había fijado en él, era bastante guapo.

-No te hagas la tonta, bien que nos mirabas. Te morías por saber quién era.- Dijo riendo.

-Qué va, solo miraba porque no quería ver a Styles. 

-Ya claro... Pues es nuevo y le he dicho que cuando quiera puedo enseñarle el instituto.- Sonreí pícaramente.

-Anda que no aprovechas el tiempo tú ni nada.- Divisé a Niall y mi hermano en la cola, y les saludé. Aunque fueran ambos un año mayor que nosotras estábamos juntos mucho tiempo. Terminaron de pedir y vinieron a nuestra mesa.

-Hey enana, ¿Qué tal las primeras clases?- Dijo mi amigo sonriente.

-Que no me llames enana.- Dije entre dientes. -Y mal. Muy mal. Adivinad a quién tengo en clase de inglés.

Los tres contestaron a la vez 'Elísabeth' y yo asentí en respuesta.

-No te preocupes, a mí también.- Me animó Louis.

-Eso es peor, como la putees algún día lo pagaré yo también, ya verás.- Mi hermano puso cara de inocente.

Vi a Belén con un café de la mano y bastante perdida, la verdad. Hice un gesto con la mano para que se acercara.

-¡Hola!


-¿Qué tal? ¿Te quieres sentar con nosotros?- Ella miró a los que ya estábamos sentados en la mesa y sonrió. Ellos la observaron también.

-Claro, ¿Por qué no?- Cogió una silla de otra mesa y se sentó a mi lado.

-Chicos, ella es Belén.- La presenté yo, al ver que ninguno de los presentes lo pensaba hacer. -Ellos son Niall, Tamara y Louis, mi hermano.

-Encantado.- Niall la estrechó la mano. Mi hermano lo imitó y Tam la dio dos besos. Ella siempre ha sido muy cariñosa. En cambio su hermano solo era capaz de serlo con personas con quien tuviera confianza, como su hermana y yo. Y bueno, con Louis tiene confianza pero, ya sabéis... Los tíos son raros.

-¿Qué tal en Hawaii, Niall?- Hablé para romper el hielo.

-Muy bien, ¿No ves lo moreno que me he puesto?- Se subió las mangas de su jersey para dejar ver sus bronceados brazos.

-Yo lo estoy más.- Me remangué yo dejando al descubierto los míos. Todos los años hacíamos lo mismo: nos tostábamos al sol y luego comparábamos. Se había vuelto una costumbre.

-Aww aún llevas la pulsera que te regalé.- Se fijó en una pulsera de mi mano izquierda. Estaba hecha de hilos y con los colores de la bandera irlandesa, país de donde él y sus padres provienen, Megan nació aquí. Me la hizo cuando teníamos unos ocho o diez años y todavía la llevo.

-Claro, ¿Cómo no la iba a llevar? Me la hizo mi mejor amigo.- Dije sonriente. El sonrió de vuelta.

La campana de vuelta a clase sonó, haciendo que todos soltáramos un 'Buuuf' desesperado.

-Decidme que os toca filosofía por favor, no quiero estar sola en clase- Supliqué mientras íbamos en dirección a las taquillas.

-A mí sí.- Canturreó Tam -¿Y a tí, Belén?

-Puuues... -Echó un vistazo a su horario.- También. -Sonreímos las tres mientras llegábamos al departamento de filosofía.

Las tres últimas horas pasaron rápido y cuando me quise dar cuenta ya estaba en la puerta de casa esperando a que Louis la abriera.

-Hola, mamá.- Dijimos los dos a la vez. Ella nos respondió y la dimos un beso cada uno.

-¿Qué tal el primer día de clase?

-Mal.- Respondimos Louis y yo a la vez. Nuestra madre nos miró raro con sus ojos celestes, como los nuestros, mientras servía la comida.

-¿Y eso?- Preguntó por fin.

-Se acaba el verano, hace frío, hay clase, exámenes, madrugar... Lo raro sería que estuviera bien.- Enumeré mientras me deprimía por dentro.

-Bueno, _____, no seas tan pesimista.- No respondí, fijé mi mirada en el plato y lo acabé rápido. En verano no estaba acostumbrada a comer tan tarde.

-¿Y tú Louis?- Preguntó mi madre, curiosa.

-Igual que _____.

-Valla dos que tengo por hijos.- Se quejó nuestra madre, bromeando.

Acabamos de comer y yo subí a mi habitación a hacer los deberes. Sí, los deberes el primer día, porque la de inglés, la muy queridísima de inglés nos había puesto deberes. Bueno, muy a mi pesar los tuve que hacer y me llevó más o menos media hora. Podía haber sido menos, pero estaba escuchando música y no prestando mucha atención.

Unos golpes en mi puerta hicieron que bajara un poco el volumen. La cabeza de mi hermano asomó por el umbral.

-¿Qué quieres?- Pregunté.

-¿No puedo pasar un rato con mi hermanita sin querer algo?

-Ah no sé. Dímelo tú.

-Yo te digo que sí.- Se sentó en la cama mirando hacia mí, que estaba en frente en la mesa, sentada.- ¿Me echas una mano con inglés?

-Lo sabía- Reí triunfante.

-Ay vale, vale. ¿Me ayudas?

-Claro tonto.

Entre él y yo acabamos nuestros deberes de inglés, lo que nos dejó la tarde libre. Oí mi móvil sonar. Era Here's to never growing up, la canción que tenía asignada a Tam. Una larga historia...

-Hey, puta.- Contesté recostándome en la cama al lado de mi hermano.

-Hola, zorra.- Respondió. -Estoy muuuuy aburrida.

-Yo también. ¿Vamos al mall?

-Buena idea. Igual hay tíos por ahí...- Puso voz pícara, a lo que reí.

-Todas mis ideas son buenas, ¿Por qué crees sino que íbamos a ir al mall?

-¿Te conté lo de...

-Sí, lo de lo buenos que estaban los chicos de Hawaii.- La interrumpí. -Las dos veces que me llamaste desde allí me hablaste de ellos.

-Es que eran muy...- Dejó escapar un suspiro.

-Ya, ya. ¿En media hora en la puerta?

-Hecho. Chao.- Colgué sin apartar la mirada de Louis, quien me miraba atento.

-Así que en media hora en el mall ¿eh? Buen plan. Igual quedo con los chicos y vamos también. Puede que nos veamos.- Dicho esto salió de mi habitación escribiendo algo en su móvil.

-------------------------------------------------------------

Hooooolaaaa. Antes de nada, este cap era un "mini cap" porque supongo que no podré subir mucho en navidades. Lo siento mucho, de veerdad.

También quería deciros una cosa. He pensado en hacer los capítulos de esta más largos, pero subirlos un poco menos seguido. No sé cada cuanto, pero no tan seguido como Earthquake. Conclusión, que estos caps estarán más currados y algunos vendrán con una canción sobre ellos. Quiero decir, en vez de poner una foto, pues un video de la canción. Si lo consigo podría quedar muuy bonito.

¿Que por qué lo hago? Porque os merecéis lo mejor. Punto.

No os molesto más, espero que comentéis y que os haya gustado el "mini cap".

FELIZ NAVIDAAAAAD Y REOCORDAD QUE OS LOVEO CON LOCURAAA.

UN SUPER BESAAAZO

martes, 10 de diciembre de 2013

Capítulo 3. Fucking school.

Capítulo 3. Fucking School.




Me senté de mala gana a su lado, evitando el contacto visual con él. Dirigí una mirada a Tam, quien hablaba animadamente con su compañero. No le había visto antes, creo que es nuevo. Tenía el pelo castaño claro y unos ojos verdes, tirando a grises.


-Yo tampoco le conozco, es nuevo.- Me quedé muy extrañada al oír aquellas palabras de mi compañero de pupitre. Quizá me haya quedado demasiado tiempo mirando al chico nuevo.


-Creo que nadie te ha preguntado.- Contesté secamente y girándome para mirarlo. Tenía unos preciosos ojos verdes y una sonrisa perfecta y encantadora. Una pena que sean de Harry Styles.
Al parecer lo que decía mi padre era verdad. Todos los Styles son egoístas y engreídos.


Al ver que no contestaba lo miré de reojo, y vi cómo medio sonreía mientras rodaba los ojos y miraba hacia otro lado.


-Ahora que estamos todos ubicados, me presento. Soy Valerie y voy a ser vuestra profesora de matemáticas.- Se oyó un par de quejidos. -Tanto amor no, por favor.- Dijo sarcásticamente, haciendo que soltáramos una carcajada.


Nos repartió los horarios y siguió explicando cómo iban a ser las clases y más cosas que, sinceramente, no me interesaban. Por lo que saqué una hoja y un lápiz y empecé a dibujar. Es lo que hacía cuando me aburría, o incluso para concentrarme mejor. Casi sin darme cuenta la clase terminó y sonó el timbre. Guardé apresuradamente la hoja en la carpeta y el lápiz en el estuche, para meterlo a su vez en la mochila mientras los demás salían por la puerta.


-Siempre la última. Qué raro...- Dijo Tam, tan sarcástica como siempre.


-Yo también te quiero.


-No he dicho que no te quiera, eh.


-Obviamente, porque me amas.- Respondí mientras salíamos de clase.


-Exacto- Me abrazó fuerte.


-Ey, ey, que me desgastas.- Intenté apartarla de mí porque me estaba aplastando. Ella soltó una carcajada mientras se separaba de mí.


Nos dirigimos hacia las taquillas. Por suerte las nuestras estaban cerca, a unas cuatro de distancia. Metimos todos los libros de este curso allí. Esa era nuestra rutina, dejábamos los libros que no usáramos por la tarde y nos llevábamos en la mochila los que sí. Era lo mejor para nuestra espalda.

-¡_____!- Me giré ante esa voz que tanto conocía.

-¡Niall!- Corrí hacia él, quien me cogió entre sus brazos.

-Te eché de menos enana.- Susurró sin romper nuestro abrazo.

-Que no me llames así. Yo también te añoré.- Respondí.

Al final nos separamos y Tamara se acercó a nosotros.

-Qué asco dais- Dijo la pequeña Horan, con cara de repelente.

-Envidia, envidia es lo que tienes, hermanita.- Dijo mi mejor amigo. Niall y yo nos conocimos desde nacer, por lo mismo que su hermana. Nos hemos llevado bien desde siempre. Era rubio y con los ojos celestes, exactamente igual que Tam.

-Por cierto, ¿Viste a mi hermano?

-Yo sí, entraba al departamento de arte.- Contestó Tamara.

-A mí también me toca arte ahora, creo que estaremos juntos.- Intervino Niall. La campana de fin del descanso entre clase y clase sonó.

-Hasta luego chicas, nos vemos en el descanso.

-Adiós- Despedí, mientras sacaba el horario que nos acababa de dar Valerie.

-¿Qué te toca?- Preguntó mi amiga.

-Mmmh... Inglés.

-A mí francés, te veo luego que llego tarde.

-Y yo, adiós.

 Me encaminé a mi clase de inglés por el pasillo que, poco a poco, se había ido vaciando. Estaba un piso más arriba. Llegué a la puerta y llamé. Me abrió mi profesora del año pasado. Por desgracia me había tocado otra vez... Que horror...

-Srta. Tomlinson, dígame, ¿Cuál es su escusa hoy?- Eché un vistazo a la clase, era la última en llegar. 

-Ninguna, profesora. Esta mujer nunca, nunca me había caído bien. Siempre me tuvo manía y yo siempre la odié. Al menos era mutuo. Era bajita, con el pelo canoso, rizado y corto. Siempre nos trataba de usted, cosa que me reventaba porque te obligaba a llamarla a ella del mismo modo. Su nombre era Elísabeth, aunque yo siempre la llamo 'Profe' o 'Profesora'.

-Espero que no se repita.

-Lo siento.- Busqué con la mirada algún sitio libre y el único que vi fue al lado de una chica.

-¿A qué espera? Tome asiento de una vez, no tenemos todo el día.- Me acerqué a su mesa y me senté a su lado. Tenía el pelo largo y oscuro. Sus ojos eran marrones oscuros, pero lo que más resaltaba eran sus pestañas, largas y rizadas. Adornaban muy bien sus ojos.

-_____, encantada.- Me presenté amablemente a mi compañera de pupitre.

-Belén, igualmente.- Respondió con una sonrisa.

-No me suena haberte visto antes, ¿Eres nueva?

-Sí, llegué hace un par de días, y todavía estoy un poco perdida. Pero bueno, me apaño.

-Cuando necesites algo, me buscas, sin problemas.

-Lo tendré en cuenta, gracias.

-Silencio ahí atrás señoritas, no me gustaría empezar el curso echando a gente de clase.- Intervino la profesora.

-Perdón, ya nos callamos.- Respondí por las dos. En cuanto la profesora se dio la vuelta rodé los ojos, lo que hizo reír a Belén.

 La clase se me hizo súper larga, como todas las de inglés. Creo que es la única profesora que explica el primer día de clase. Y no un poco, llené toda una hoja por las dos caras. Por fin la clase terminó y me dirigí a mi taquilla. Mi siguiente clase era literatura, así que saqué los libros de dicha asignatura. Divisé a lo lejos a Tam dirigiéndose a su taquilla así que la esperé apoyada ahí.

-¿Qué tal inglés?

-No me hables, me ha vuelto a tocar Elísabeth.- Puso cara de asco.

-¿Y tú francés?

-Bueno, no ha estado mal. El profe es nuevo. Pero te he echado de menos.- Bromeó.

-Pues yo a tí no.- Respondí sonriendo para picarla.

-¿Tienes literatura?- Se fijó en los libros que sujetaba con mis manos.

-Sí, ¿Tú?

-Yo también.

-Pues vamos que paso de llegar tarde.

 Fuimos al departamento de literatura y entramos en la clase. Había poca gente, así que los sitios buenos estaban libres. Nos sentamos juntas en la penúltima fila, yo al lado de la ventana, que daba al jardín trasero. La verdad es que ahora, con las hojas tapando el suelo con diferentes tonos de marrón estaba muy bonito.

La campana de inicio de clase volvió a sonar a la vez que un profesor de entre unos 25-30 años entraba en clase, que ya se había llenado. La verdad es que era bastante guapo. Por la distancia no podría decir con exactitud pero juraría que sus ojos eran grises.

-Buenos días, soy William y seré vuestro profesor de literatura este año.

 Me hizo gracia porque William es el segundo nombre de mi hermano, por lo que sonreí.

-¿Qué te pasa idiota?- Preguntó mi rubia amiga.

-Nada, ¿Por?

-Porque estás sonriendo como una tonta.- Me di cuenta y me puse seria.

-No es lo que piensas.

-¿Seguro? Porque te lo estás comiendo con la mirada, y la verdad es que está muy bueno.

-Claro que no es eso, tonta.

-¿Ah no? ¿Y qué es?

-Es que se llama William, como Louis.

-Ahh...- No sonó muy convencida, pero no me reprochó. La clase de literatura pasó, tan aburrida como siempre. Gracias a Dios ahora tocaba recreo (o descanso o pausa, como lo llameis) así que nos acercamos a nuestras taquillas a dejar los libros. Nos dirigimos a la cafetería, ya que hacía demasiado frío como para salir fuera. Pedimos unos chocolates calientes y nos sentamos en una mesa.

-----------------------
Chicaaaaas ¿Qué tal? Espero que bien. ¿Os gusta el rumbo que va cogiendo la novela? Espero que sí. Bueno, lo de siempre, comentad qué os parece y +1+1+1+1+1+1

Pregunta: MAÑANA VAN A LA VOZ, ¿COMO LO VAIS A VER? CON FRIENDS, SOLAS, CON LOS PAPIS, COMIENDO PALOMITAS, COMIENDO NUTELLA, ZANAHORIAS?

YO LO VERE A LA VEZ QUE AGONIZARE Y MORIRE

PD: He oído que ya están aquí en Spain, es verdad?