sábado, 4 de enero de 2014

Capítulo 6. For the first time.

Capítulo 6. For the first time  



But we’re gonna start by drinking old cheap bottles of wine
Sit talking up all night,
Saying things we haven’t for a while


-Muchas gracias, Niall.- Digo mientras salgo del coche.

-No hay de qué. Nos vemos mañana ¿No?

-Supongo. A no ser que me asesinen brutalmente tendré que ir a clase.

-No sé qué es peor de las dos.- Dice sonriendo.

-Yo tampoco.- Respondo a la vez que abro la puerta de casa. -Hasta mañana.

Saluda con la mano mientras se aleja con el coche. Entro y me encuentro a mi madre con los brazos cruzados y cara de pocos amigos.

-¿Dónde estabas?

Huele a bronca por aquí... Umh mezclado con pizza barbacoa.

-Estaba con Louis.- Respondo.

-¿Y por qué ha llegado él una hora antes que tú?- Ladea la cabeza hacia un lado para que le dé una respuesta.

-Porque me ha traído Niall, tranquilízate mamá.

-¿Que me tranquilice? Ya te estás subiendo a tu cuarto. Ni cena ni nada. A ver si te tranquilizas.- Suelta enfadada mientras señala con sus manos el piso de arriba.

Yo subo las escaleras y me dirijo a mi habitación.

Me tumbo en la cama y cojo el portátil. Al fin y al cabo, el castigo de "ir a tu cuarto" no era tan malo.
Aunque se nota un vacío en mi estómago por no cenar. Y las patatas fritas de Niall no consiguieron llenarlo.

Oigo unos golpes en mi puerta. Me giro y veo a Louis entrar con un plato. Se tumba a mi lado en la cama. Ya se ha puesto el pijama, una camiseta azul que siempre se remanga y unos pantalones largos de cuadros. Muy juvenil. Nótese el sarcasmo.

-Toma, mamá no se ha enterado, pero date prisa si no quieres que te pille.- Me tiende el plato. Son cuatro trozos de pizza barbacoa. La cena de hoy. Mi olfato no me traicionó.

-Muchísimas gracias, Lou.- Digo mientras doy un mordisco al primer trozo y lo premio con un abrazo.

-No hay de qué. Además, quería pedirte perdón por el gilipollas de Albert. Le he dejado bien claro que no se vuelva a acercar a tí.- Dice mientras come el borde de las pizzas que yo dejo.

Ya sabéis, la masa sin ingredientes para agarrar la pizza sin mancharte. Nunca me lo como, llamadme rara.

-Tranquilo.- Pasan unos segundos hasta que añado: -Espera, no le habrás pegado ¿No?

-No, claro que no.- Suelta una carcajada. Me sonrojo un poco al notar que se está riendo de mí.

-¿Seguro?

-Te lo prometo.- Pone su mano derecha en el corazón, como en un juramento, lo que me hace reír.

-Bien, porque no quiero parecer una débil que no se sabe defender.- Doy otro mordisco a mi trozo de pizza.

-No te sabes defender.- Dice con media sonrisa.

-¿Perdona?- Digo alzando una ceja.

-Lo que has oído.

-Y ¿Cómo llamas a esto?- Señalo una marca de dientes en su brazo que le hice hace un par de días.

-Suerte.- Él dice a la vez que se baja la manga de su camiseta, para taparlo.

-Pues la suerte te dolió ¿Eh?- Él lo niega con la cabeza mientras ríe.

-Por cierto, ¿Por qué tardasteis tanto Niall y tú?- Dice a la vez que le tiro otro borde y lo coge con la boca.

-Es que... Se quedó sin gasolina. Y tuvimos que ir a comprar.

Por supuesto que él no estaba al tanto de todas las veces que he tenido que ir a recoger a Zayn de cualquier bar de mala muerte. Sería lo peor y vete a saber qué le haría.

Él asintió. Me sentía muy mal al mentirle pero decirle la verdad sería peor.
Entre los dos acabamos los trozos de pizza y acabamos quedándonos dormidos sobre mi cama, ni siquiera me cambiamos de ropa.
                         
~~~


-¡Calla esa cosa ya!- Gritó mi hermano despertándome.

Lo raro fue que oí antes a él que al escandaloso despertador. Le di un golpe con todo el cariño que se puede tener a un despertador y volví a tirarme en la cama.

-¿Qué hora es?- Preguntó Louis sin abrir los ojos.

-Las ocho menos veinte.- Digo tranquilamente, quedan apenas veinte minutos para que empiece la primera clase. Mierda, ¡¿Veinte minutos?!

-¿¡LAS OCHO MENOS VEINTE!?- Gritamos a la vez mientras nos levantamos de la cama rápidamente.

Él se va a su habitación mientras se quita la camiseta para cambiarse y yo me acerco al armario. Ya que no tengo mucho tiempo para pensar opto por un jersey, unos vaqueros ajustados y unas converse blancas.

Bajo corriendo a desayunar. Miro el reloj. Quedan quince minutos. Agarro la primera cosa de la nevera y me la como. Ésta mañana toca yogurt de fresa. Subo de nuevo comiéndome las escaleras mientras me pregunto por qué no cojo la mochila y la bajo antes de desayunar, para no tener que subir otra vez.

-Oh, mierda olvidé meter los libros de hoy en la mochila.- Digo para mí misma mientras busco en la carpeta el horario de hoy y en el cajón los libros correspondientes y los meto en la mochila.

Echo una rápida mirada al despertador de mi mesilla. Diez minutos.

Me cepillo un poco el pelo dejándolo suelto y me echo un poco de rímmel. Cojo todo y bajo de nuevo las escaleras llegando a la puerta donde Louis ya me está esperando con las llaves del coche en la mano.
Salimos corriendo de casa y el aire gélido se mete hasta mis huesos. Quizá debería haber cogido una chaqueta.

Me acerco al lado del copiloto mientras Louis corre al lado del conductor y me mira antes de entrar.

-Mañana nos levantamos media hora antes. ¿Hecho?- Dice con una sonrisa. Ambos sabemos que no va a suceder.

-Hecho.- Contesto sonriendo antes de meterme en el coche. Enciendo la calefacción y el aire caliente se agradece.

Louis arranca y tomamos la carretera que nos lleva directos a nuestro amado Emerald Highschool.

-¿No te ha parecido raro que ni mamá ni papá estuvieran levantados?- Quita sus ojos de la carretera para mirarme a mí.

Ni me había percatado de ello. Normalmente ellos ya están desayunado cuando nosotros bajamos. Incluso a veces son ellos los que nos despiertan.

Me encojo de hombros en respuesta y el vuelve sus ojos al frente.
Me quedo mirando por la ventana del auto unos minutos, hasta que noto la parte posterior de mi mochila vibrar. Saco de ella mi móvil y veo dos mensaje de Tam.

"¿Dónde estás? Levanta tu precioso culo de la cama y corre que Valerie acaba de entrar en clase."

Es de hace unos minutos. El siguiente es el que hizo vibrar mi teléfono hace escasos segundos

"Ya te ha puesto ausencia. Si no quieres no tienes por qué venir. Así que supongo que nos vemos a segunda."

Miro instintivamente el reloj. Quedan todavía tres minutos para que suene el timbre. Y ya me ha puesto ausencia. Bufo y se oye más alto de lo esperado.

-¿Qué pasa?- Dice a la vez que entramos con el coche en el aparcamiento.

-Nada, que ya me han puesto falta a primera.

-Así se empieza un día, sí señor.- Dice mientras sonríe. Llegamos un minuto antes de que suene el timbre y Louis se acerca a la puerta seguida por mí. -¿Qué vas a hacer?

-Supongo que iré a la cafetería. No tengo otra opción.- La campana suena y la gente del pasillo se disuelve entrando a clase.

-Okey, me voy que tengo Literatura.- Dice a la vez que trota por el pasillo vacío.

Camino hasta la cafetería. No hay mucha gente, solo personas que han llegado tarde y no pueden asistir a clase y profesores.

Pido un café porque todavía estoy dormida y me siento en una mesa.
Reviso mi mochila. Me sorprendo al ver que metí por error el libro de Agatha Christie que estuve leyendo hace un par de días en frente de la chimenea. Ya que no tengo nada más que hacer lo abro por la altura del marcapáginas y me meto de lleno en el mundo de La Ratonera.

Entre sorbo y sorbo de café, iba disminuyendo la distancia que me quedaba hasta el final del libro.

-Buena elección.- Levanto la mirada encontrándome con mi profesor de literatura, William creo recordar que se llamaba, que porta una sonrisa.

-Gracias, siempre me han gustado las novelas de misterio.

-Ya somos dos. Especialmente las de Agatha Christie. Son fascinantes.- Se acomoda su oscuro pelo hacia atrás, movimiento que capta toda mi atención.

-Cierto.- Respondo mientras la campana suena y doy un último sorbo al café, meto el libro en la mochila y me levanto.

-Nos vemos luego, Srta. Tomlinson. Dígame qué le parece el final del libro cuando lo termine.- Me sienta raro ese comentario. No se siente como mi profesor sino como alguien cercano. Como un amigo. Además la dulzura con la que acompañaba esas palabras no ayudaban mucho. Voy a dejar de darle más vueltas, solo quería ser amable.

-_____, si no le importa y claro, se lo diré.- Me sorprendo a mí misma diciendo.

-Claro, como prefiera.- Él sonríe mientras yo salgo de la cafetería y voy a mi taquilla encontrándome a Tam.

-Puta, ¿Se te han pegado las sábanas?- Dice mientras intercambia sus libros. Hay un brillo extraño en sus ojos, ¿Qué me he perdido?

-Como suele pasar, sí.- Abro la taquilla y libero mi espalda de la pesada carga que suponen los libros y me quedo solo con los de historia, lo que me toca ahora.

-Tengo inglés. Nos vemos luego. Por cierto, te tengo que contar.- Dice con una sonrisa inmensa mientras se aleja por el pasillo de espaldas, mirando hacia mí.

-Y yo también te tengo que contar.- Cierro mi taquilla y me giro hacia la izquierda, chocándome con alguien que me tira la carpeta.

-Oh, lo siento, yo no...- Levanto la cabeza hacia la persona con la que acabo de chocar y mi corazón da un vuelco. Esos ojos penetrantes. Esa sonrisa encantadora. Los tengo delante, una vez más. -¿Zayn?- Mi voz suena más ronca de lo normal. La aclaro un poco y vuelvo a repetir. -¿Zayn?

-¿_____? ¿Qué haces aquí?- Él también luce sorprendido. Aunque tan guapo como siempre. Incluso más. Lleva una chaqueta beisbolera blanca y negra sin abrochar y unos jeans negros.

-Eso te debería preguntar yo a tí, ya que vives a casi media hora en coche de aquí.- Me agacho para recoger mi carpeta pero todas mis hojas están esparcidas por el suelo. Él me imita para ayudarme.

-Mi madre me matriculó aquí. Dice que es de los institutos más prestigiosos de la ciudad y que necesito este tipo de disciplina.- Explica mientras recoge algunas de mis hojas y las pone en orden.

-Madres...- Suspiro sin querer a la vez que noto su sonrisa y me tiende las hojas que meto de nuevo en la carpeta. -Gracias.- Susurro.

-¿Podemos habl...- La campana lo interrumpe y me doy cuenta de que no quiero llegar tarde también a la segunda clase.

-Oye, hablamos luego, tengo historia.- Digo a la vez que me alejo de él.

-Okey, hasta luego.- Supongo que dice, pero apenas lo oigo por el murmullo en los pasillos.

Atravieso el pasillo hasta la clase de historia medio corriendo. Si sigo así voy a acabar con unas piernas...
Por suerte el profesor todavía no ha llegado y quedan un par de mesas libres. A diferencia de las otras clases, estas mesas no están de dos en dos.

Me siento al lado de dos chicas que conozco un poco de vista. Una es Kate, la que el primer día estuvo peleando por el sitio. No conozco el nombre de la otra. Tiene el pelo oscuro decorado con unas mechas californianas. Suelto y rizado. Sus ojos son verdes, tirando a grises.

Ellas me sonríen y yo les devuelvo el gesto justo cuando el profesor entra por la puerta.

-Perdona, ¿Tienes un lápiz?- Dice la de las mechas californianas.

-Claro, toma.- Le tiendo el único lápiz que tengo y ella lo coge sonriendo.

-No te conozco, soy Jessica, pero llámame Jess. Y ella es Kate.- Señala a la rubia que me saluda.

-Yo soy _____, encantada.- Susurro para que el profesor no nos note.

-Lo mismo digo.- Sonríe. Ella es realmente guapa. Kate también, aunque hay algo en ella que no me acaba de convencer. En cambio Jess parece muy amigable.

La clase de historia pasa aburrida y lenta, como de costumbre. La campana vuelve a sonar y me dirijo a mi taquilla. Cambio mis libros y como Tam no está en su taquilla y no me apetece llegar tarde me acerco a la siguiente clase, la de Literatura.

Entro en clase y me sorprendo al ver que soy la única que está, a parte del profesor. Como él no me nota, intento salir sin que él me vea.

Solo de pensar en estar en una habitación sola con William me pone nerviosa. Raro, lo sé, solo es mi profesor de Literatura.

Me quedo en la puerta mientras chequeo mi móvil. Tengo un mensaje de Zayn. Lo abro.

"Me gustaría hablar contigo. ¿Te puedes escapar de clase?"

El momento se acercaba. No quería enfrentarme a él. Bueno, sí, sí que quería. Mierda no lo sé.
Sé que de alguna forma me convencerá y acabaré en sus brazos.

En algún momento tendríamos que hablar y no podía evitarlo. Pero sí podía posponerlo, meditar y prepararme.

"No puedo, ya me salté la primera. Podemos hablar en el recreo ¿Está bien?" Pulso el botón enviar.

Me doy cuenta de que la gente ya está comenzando a entrar en clase así que me apresuro a guardar el móvil y sentarme en mi mesa.

El hueco que Tam debería ocupar está vacío, lo que me preocupa un poco. Puede que se haya puesto mala. O simplemente no le apetecía venir a clase. Ella es así, es capaz de saltarse las clases que quiera.

Saco mi estuche y escondo ahí el móvil. Noto que vibra un poco, ha llegado otro mensaje.

"Claro, en el recreo quedamos en la galería."

-Buenos días.- Comienza el profesor y yo me apresuro a guardar bien el móvil en el estuche. -Abrid los libros por la página 14.

Pasaron unos cinco minutos cuando la clase fue interrumpida al abrirse la puerta.

-Llegas tarde.- Anuncia William.

-Ya lo sé. Da gracias a que he venido.- Styles entra por la puerta y se dirige al final de la clase a su sitio habitual.

No me había dado cuenta de que él estaba en mi clase de Literatura.

-¿Dónde vas? Tienes un sitio libre aquí.- Veo al profesor señalar la mesa que está a mi lado, sitio de Tamara.

-Pero ahí está Tam.- Protesto yo. Ya tengo suficiente con tener a Harry a mi lado en matemáticas.

-¿Tam?

-Sí, la Srta. Horan, quiero decir.

-Entiendo. Pero ella no está aquí ¿No?- Puntua William. Se ha apoyado en su mesa y se ve imponente y a la vez informal.

-Umh... No.

-¿Y dónde está?- Sentí todas las miradas en mí. Mis mejillas enrojecieron.

-Umh... Sinceramente, no lo sé. Puede que se haya puesto enferma.

-Entonces no hay ningún problema en que Styles ocupe su sitio ¿No?- Pone su mano debajo de su barbilla.

-Bueno... Supongo que no.

-Ya has oído Harry.- Vuelve a dirigirse a él.

Lo oigo bufar pero no protesta y ocupa el sitio pegado a mi pupitre. Como en matemáticas. Genial.

-Bien, sigamos.- William retoma la explicación y yo siento vibrar mi estuche.

Saco disimuladamente el móvil sabiendo que Styles está observando todos mis movimientos. El mensaje es
de Tam.

"¿Me cubres en Literatura? En el recreo te explico. Xx"

"Le he dicho que estás enferma ¿Dónde estás? En el recreo no podemos hablar."

"¿Por qué no? Estoy detrás de las gradas. Con Scott."

Mi boca cayó abierta pero pronto se transformó en una sonrisa.

-¿Qué le parece tan gracioso Srta. Tomlinson?- El profesor me pilla desprevenida y yo guardo atropelladamente el móvil en el estuche.

-No... Nada... Solo que...- Tartamudeo.

-La conté un chiste.- Acude en mi ayuda Styles. Aunque no sé muy bien por qué. Lo nuestro es un odio mutuo. 

-¿Lo puedes compartir con la clase?- Pregunta William. Típica clase de profesor.

-No.- Styles se muestra impasible.

-¿Por qué?- Quiso saber.

-No lo pillaríais.- El resto de la clase ríe y sin que lo pueda evitar noto una sonrisa en mi rostro. ¿Una sonrisa? ¿Causada por Styles? Esto no puede ser cierto. En seguida me retracto y me pongo seria.

-¿Por qué no me lo explicas en la sala de castigados?- Mi expresión cambia por completo. -Mejor, ¿Por qué no me lo explicáis los dos en la sala de castigados?- Su mirada viaja de él a mí, repetidamente.

-Oh, venga ya, si no te he hecho nada Will.

-William, si no te importa.- Dice molesto.

-Como digas, Billy.- Noto que el profesor esta a punto de perder la paciencia.

-Lo de antes era un farol, pero ahora de verdad, espero veros después de clase en la sala de castigados.- Ahora entiendo por qué me "ayudó". Él iba a acabar de todas formas castigado al final del día, pero quería que yo lo estuviera también. ¿Para qué? Para joder, como un Styles que es.

-Allí estaremos.- Desafía Styles mientras yo asiento con la cabeza.

Oh, genial. El día no me podía ir mejor.

-Perfecto, Styles.- Susurro irónicamente mientras apunto algo en mi cuaderno.

-De nada, Tomlinson.- Dice sonriendo. Sé que sonríe aunque no lo mire, porque veo esa perfecta y brillante fila de dientes de reojo.

La campana suena. Alcanzo mi móvil y salgo de clase.

-Nos vemos luego Tomlinson.- Me giro para ver a Styles detrás de mí y dándose la vuelta para marcharse.

-Que te den, Styles.- Logro decir como despedida.

Me apresuro en llegar a la galería, donde había quedado con Zayn.
La galería está en la parte de atrás del edificio. Se comunica por una puerta que pasa desapercibida porque parece un armario, lo que ayuda a que no esté tan lleno de gente. Es una especie de patio pero más pequeño y con muchas plantas y flores. Me pregunto como Zayn sabe incluso de su existencia si acaba de llegar al instituto.

Atravieso la puerta y le espero. Mi móvil vibra de nuevo. Es Tam otra vez.

"¿Por qué no podemos hablar en el recreo? ¿Te ha pasado algo?"

"No, tranquila, ya hablaremos. Por lo que veo tú también me tienes que contar"

Añado un emoticono guiñando el ojo y lo envío.

Oigo la puerta abrirse veo a Zayn introducirse en la Galería. Guardo el móvil. Cuando me ve sonríe y me noto a mí misma sonriendo de vuelta.

-Hola.- Saludo.

-Quería hablar contigo.- Dice a la vez que se acerca a mí.

-Lo sé, por eso estamos aquí.- Digo intentando no sonar muy estúpida.

¿Por qué Zayn tenía siempre este efecto en mí? Él es tan guapo y seguro de sí mismo que me hace sentir insegura ante él.

Él sonríe por mi comentario.

-Adelante, te escucho.- Digo para indicarle que empiece a hablar.

-Bien... Antes de nada... Lo siento. Siento haberte llamado todas esas veces borracho y que tuvieras que venir a buscarme. De verdad, lo siento.

-Está bien, tranquilo. No pasa nada. Al fin y al cabo era por mi culpa.

-No, era todo culpa mía. Para empezar no debería salir de casa ni beber. Y por supuesto no debería involucrarte a ti.

-Te dije que está bien ¿Entendido?

Él asiente y suspira, como si se hubiera quitado un peso de encima.

-¿Eso era todo?

-No, claro que no. También quería hablarte de otra cosa.- Asiento para darle a entender que le estoy escuchando. -Bueno... Es sobre lo que te dije en el coche.

Noto que mi piel se pone de gallina. Allá vamos.

-¿Cu... Cuál de todo?- Pregunto insegura de la respuesta.

Con un poco de suerte esas dos palabras que yo tanto temo se quedaron con su borrachera y él no las recuerde. Ese pensamiento me alivia un poco.

-Que te quería.

-Bueno, pero eso solo lo dijiste porque estabas borracho.

-No estoy seguro.- Si estuviera bebiendo algo ahora mismo me habría atragantado. Mis ojos se abren y mi boca muestra mi sorpresa.

-¿Qué me quieres decir con eso, Zayn?

-Pues... Emh... Aquel día... Lo recuerdas ¿No?

Miro hacia abajo avergonzada. Las imágenes cruzan mi mente.

*FLASHBACK*

-¿De dónde lo habéis sacado?- Pregunto refiriéndome a la bebida que tengo entre las manos y las demás botellas que están en el suelo.

-Nos las ha comprado un amigo, ahora disfrutemos de nuestra última noche juntos.- Responde Zayn mirando a todo el mundo a su alrededor.

-¡SÍ!- Gritamos todos al unísono.

Somos unas veinte personas en un pequeño local alquilado. Nos conocimos hace una semana en un campamento de verano.

Esta es nuestra última noche juntos, lo sabemos. Porque, al igual que en todos los campamentos de verano, todo el mundo promete volver a quedar, llamarse entre sí, pero nadie lo cumple normalmente.
Pusimos la música a tope y comenzamos a bailar. Todos estamos bajo los efectos del alcohol, algunos más que otros pero nadie se libra.

-Hey, preciosa.- Me giro a ver a Zayn, que porta una bebida. No sé si será el acohol pero lo veo más sexy que nunca.

-Hola.- Digo torpemente.

Siempre ha habido una tensión, una química entre nosotros. Sobre todo desde el día que en el tiempo libre del campamento jugamos a la botella y... ya os podéis imaginar qué pasó ¿No? Nos tocó a él y a mí. ¡Cuatro veces! ¿El destino? No creo ¿La suerte? Quizá.

Antes de que me pudiera dar cuenta tenía sus labios sobre los míos. Sabían a piña. Supongo que estuvo tomando una bebida con esa fruta.

Le seguí el beso mientras mis manos viajaban por su cuello, y las suyas por mi cintura.

-Mhh sabes a piña.- Digo separándome de él. Lo sé, el alcohol me hace decir estupideces.

-No sabía que eso podía sonar tan sexy.- Dice con su voz ronca en mi oído, poniéndome la piel de gallina.

No tardo en volver a juntar mis labios con los suyos y sentir el frescor de la piña inundando mi boca.
Nos dejamos llevar, la pasión y el alcohol tomaron el control de nuestros cuerpos y al rato estábamos en una sala con una cama que también había en el local.

Él entró, cerró la puerta y me aprisionó contra ella. Comenzó besando mi cuello y yo puse mis piernas alrededor de su cintura, manteniéndome en el aire.

Quité su camiseta y la tiré al suelo. Él subió sus besos hasta el lóbulo de mi oreja, a la vez que mordía y yo no podía contener un leve gemido. Él gruñó ante esto, lo que me hizo reír.

Ninguno de los dos éramos conscientes de nada. De nada de lo que hacíamos o decíamos.

Me llevó hasta la cama, donde me tumbó y seguido me quitó la camiseta. Recuerdo que él se mordió el labio mientras me miraba. Lo que me gustó demasiado.

Lo ayudé a quitarse el cinturón y sus pantalones, dejándolo solo en unos bóxers negros. Que, para mi opinión en ese momento, le quedaban divinos.

Él siguió besando mi estómago y acabó quitándome los pantalones.

*FLASHBACK*

Lo demás está borroso en mi mente. Tengo lagunas, como mi sujetador en en el suelo, luego toda la ropa que nos quedaba en el cuerpo también en el suelo. Luego él sacando un preservativo de sus pantalones, abriéndolo con los dientes y colocándoselo.

Y luego... Luego recuerdo la mitad. Apenas me acuerdo de la sensación. Recuerdo que cuando desperté la mañana siguiente y me di cuenta de lo que hice, me sentí muy mal. Mal porque solo hay una primera vez en la vida. Y mi primera vez no fue tan especial como la primera vez que toda chica desea.

Recuerdo que me desperté en aquella habitación. Zayn estaba como un tronco y jodidamente desnudo, al igual que yo. Vi el condón usado en el suelo. Recordé lo que esa noche sucedió y lo único que mi cerebro consiguió hacer fue llorar y huir corriendo de allí.

No lo volví a ver hasta que hace más o menos un mes de hoy, me llamó. Justo como ayer. Dijo que empezó a beber mucho porque se sentía mal por lo que me hizo. Por lo que hicimos.

Las siguientes veces que me llamó fueron iguales, hasta ésta última, la de ayer.
Nunca antes me había dicho que me quería.

-¿Me tomo eso como un sí?- Dice finalmente después de unos segundos. Creo que él también la estaba recordando en su mente.

Asiento ligeramente mientras intento tragar mis lágrimas.

-He pensado mucho en ello, últimamente. Hasta no poder dormir. Como anoche. Y lo único que se me ocurrió fue beber, para tener el valor de llamarte y decirte lo que en ese momento pensé que era verdad.

Toma mi barbilla con sus manos, levantándola y haciéndo que nuestros ojos se encuentren. Él los tiene rojos.

Creo que está a punto de llorar. Y creo que yo también. Ah no. Yo ya noto el calor de una lágrima cayendo por mi mejilla, que él quita con su pulgar rápidamente.

-Y... ¿A qué conclusión has llegado?- Pregunto intentando sonar fuerte pero mi voz se quiebra.

-A que lo único que nos hace falta es conocernos el uno al otro y un poco de tiempo.

Él coge un mechón de mi cabello y lo introduce detrás de mi oreja.

-Podríamos...- Se queda callado a mitad de la frase. -Solo si tu quieres, claro.- Dice a la vez que me mira profundamente a los ojos. Su mano descansa sobre mi mejilla, muy suave.

-Podríamos ¿Qué?- Pregunto confundida.

-Ahora que venimos los dos a este instituto, podríamos quedar y hacer cosas juntos.- Debe de ver mi cara de confusión por lo que añade: -Como amigos, claro. Al menos de momento.

Veo un rastro de sonrisa en sus labios.

-¿Qué ganamos con eso, Zayn? Quiero decir, ¿Qué conseguimos?

-Podríamos intentarlo. Ésta vez sin prisas. A un ritmo que los dos podamos llevar.- Un pequeño rayo de esperanza crece en mi interior.

-¿Qué me dices?- Pregunta finalmente. -¿Quieres... Intentarlo?

-Lo tengo que pensar. Entenderás que no es una decisión fácil de tomar.

Cojo la mano que él tiene depositada en mi mejilla con mi mano y él entrelaza nuestros dedos, haciendo que ese pequeño rayo de esperanza crezca un poquito dentro de mí.

-Te comprendo. Te daré el tiempo que necesites.- Dice mientras acaricia nuestras manos entrelazadas con su pulgar.

Limpio con mi mano libre los restos de lágrimas que hayan podido quedar en mi cara.

-Gracias.- Digo a la vez que aprieto nuestra unión y él muestra una pequeña sonrisa.

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HOOOOOLA

¿Qué tal la nove hasta ahora? ¿Y el nuevo año? Espero que suuuuper bien jaja.
¿Os gusta la canción que elegí? El título venía muy bien para el cap y era bonita asi que la puse. El cap se viene largito y es para compensar que tardaré un poco en subir en Earthquake. Lo siento :'(

PREGUNTA: ¿Bromance favorito?

A mí me cuesta muchisiiiiiiisimo elegir, todos me parecen tan añkdfjñafjñsdjfjflks
No me entretengo más, espero que hayáis disfrutado el cap y que comenteis y deis +1

GRACIAS POR LEER Y ESTAR AHÍ Y TODO. RECORDAD QUE OS LOVEO CON LOCUURA <3<3